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Lecciones y aprendizajes

Lecciones y aprendizajes

La Indecisión

16 febrero, 2016

Muchas veces nos quedan cuestiones sin resolver; a veces, cuestiones que nos atormentan durante mucho tiempo.

Y si bien, en muchos casos, sabemos que la solución puede estar al alcance de la mano, no nos atrevemos .

La pérdida de la amistad con alguien puede ser considerada, sin duda, casi una catástrofe. Y a dar el primer paso en ese rumbo.

Y, lo peor de todo es que, en muchas ocasiones, esa falta de decisión responde a causas triviales y gente que lamenta largo tiempo, desconsoladamente, esa situación.

Y no se da cuenta de que quizás la otra persona está pasando por la misma circunstancia. Y a medida que pasa el tiempo pareciera que la reconciliación es más difícil.

Pero en realidad no hay ningún argumento que apoye seriamente esa afirmación. Quizás bastaría un simple llamado telefónico para reabrir un diálogo truncado.

Y casi con seguridad que luego vendrán las lamentaciones por todo el tiempo perdido.

¿Por qué privarnos de momentos felices?

¿Por una indecisión? ¿Por terquedad?

¿Por temor al rechazo?

¿Por… quién sabe qué argumentos carentes de sentido? . ¡No!.

No vale la pena. Enfrentemos las situaciones que nos hostigan sin importar cuando tuvieron su origen. Resolvámoslas. No dejemos asignaturas pendientes.

Tengo la sospecha de que en la mayoría de los casos la solución depende de algo muy simple.

Y… no creo equivocarme.

D/A

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EL FINAL DEL CAMINO

19 agosto, 2015

 

Cierto día, me di cuenta que el mundo era demasiado complejo para ser comprendido.

Intentaba buscar las respuestas en personas y lugares. Fue cuando percibí que era necesario comprenderme a mí mismo, antes de comprender al mundo.

Intenté entrar en mi mente, y comprendí que ella siempre había estado abierta, esperando a que la explorara. Comencé andando en medio de los sentimientos: Descubrí los misterios del amor, vi la belleza de la amistad, sentí la fuerza de la esperanza y lloré con la tristeza del odio.

Así estaba, fascinado con el mundo de los sentimientos, cuando en un determinado momento me caí. En esta caída fui arrastrado a un lugar frío y triste.

Comencé a andar por los laberintos más oscuros. No conseguía ver nada, mis manos no conseguían tocar nada. El miedo crecía más y más. Percibí que había entrado en el mundo de las dudas y de la incertidumbre.

Era imposible decidir. Era inútil intentar volver, y arriesgado seguir. Me quedé parado, sintiendo que el miedo me dominaba. Cuando el miedo, las dudas y la incertidumbre ya eran más grandes que yo, fui envuelto súbitamente por una enorme certeza: «Lo que quería era salir lo más rápido posible de aquella situación y de aquel lugar».

Y de pronto, como si fuera magia, salí de aquel lugar horrible. Me di cuenta que para vencer las dudas, la incertidumbre y el miedo, necesitaba solamente tener un objetivo y avanzar. Donde estaba, ya no era aquel mundo triste y gris, al contrario, era iluminado y alegre.

Vi un lago y caminé hacia él. En sus aguas cristalinas, vi reflejarse el siguiente mensaje: «Continúa caminando y descubrirás las respuestas para todas tus preguntas». Allí me di cuenta de que estaba en el mundo de la sabiduría. Obedecí y seguí caminando, conocí diversos mundos, cada uno con sus encantos y misterios.

Al final de mi caminata, cuando todos los mundos ya se habían presentado, asumí que solamente conociendo mi mente, podría comprender al mundo y así, descubrir el verdadero sentido de la vida, y lo principal: Llegar al corazón del universo.

¿Cómo comprender a los demás si no nos conocemos en profundidad? ¿Cómo descubrir el verdadero sentido de la vida si muchas veces vivimos sin sentido? ¿Cómo llegar al corazón si no sabemos apreciar en nosotros muchas veces sus latidos? Los caminos más importantes son los que van hacia nuestro interior.

En esos caminos vamos y venimos a diario, algunas veces nos encontramos, otras tratamos de no vernos porque nos asalta la duda, el temor, y la incertidumbre, entonces caminamos y caminamos. Pocas veces nos detenemos a mejorar esas rutas tan importantes que atraviesan de punta a punta nuestra mente. Cuando nos asalta el miedo, o tememos fracasar, nos sentamos al borde del camino y nos quedamos quietos. Parece que las fuerzas nos abandonan, que no podemos seguir. Sin embargo, el seguir caminando, aún con el paso tembloroso, mirando hacia adelante, hacia la meta, nos permitiría llegar a nuestro destino. La sabiduría no se obtiene en el andar por caminos llanos, al contrario, podemos considerarnos sabios si ante los obstáculos no interrumpimos nuestra marcha y seguimos caminando, aún sintiendo que el terreno no está firme. Cuando las dudas, el miedo, o la oscuridad nos cieguen, pisemos con todas nuestras fuerzas y sigamos avanzando, porque sólo si no nos detenemos, podremos encontrar las respuestas a todos los interrogantes y de esta forma descubriremos día a día el verdadero sentido de la vida.
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Las manos de mi madre

11 agosto, 2015



LAS MANOS DE MI MADRE

Un joven fue a solicitar un puesto gerencial en una empresa grande. Pasó la entrevista inicial y ahora iba a conocer al director para la entrevista final. El director vio en su CV sus logros académicos y eran excelentes. 

Y le preguntó: » ¿Recibió alguna beca en la escuela?» el joven respondió «no». «¿Fue tu padre quien pagó tu colegiatura? » » Mi padre murió cuando yo tenía un año de edad, fue mi madre la que pagó. «-respondió. «¿Dónde trabaja tu madre? » «Mi madre trabajaba lavando ropa.» 

El director pidió al joven que le mostrara sus manos . El joven mostró un par de manos suaves y perfectas. «¿Alguna vez has ayudado a tu madre a lavar la ropa? » «Nunca, mi madre siempre quiso que estudiara y leyera más libros. Además, mi madre puede lavar la ropa más rápido que yo. 

El director dijo: «Tengo una petición: cuando vayas a casa hoy, ve y lava las manos de tu madre, y luego ven a verme mañana por la mañana.» El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era alta. 

Cuando regresó a su casa le pidió a su madre que le permitiera lavar sus manos. Su madre se sintió extraña, feliz pero con sentimientos encontrados y mostró sus manos a su hijo. El joven lavó las manos de su madre poco a poco. Rodó una lágrima al hacerlo. Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su madre estaban tan arrugadas y tenían tantos moratones. 

Algunos hematomas eran tan dolorosos que su madre se estremeció cuando él la tocó. Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de lo que significaban este par de manos que lavaban la ropa todos los días para poder pagar su colegiatura. Los moretones en las manos de la madre eran el precio que tuvo que pagar por su educación, sus actividades de la escuela y su futuro. 

Después de limpiar las manos de su madre, el joven se puso a lavar en silencio toda la ropa que faltaba. Esa noche, madre e hijo hablaron durante un largo tiempo. A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director. El director se dio cuenta de las lágrimas en los ojos del joven cuando le preguntó: «¿Puedes decirme qué has hecho y aprendido ayer en tu casa?» 

El joven respondió: «lavé las manos de mi madre y también terminé de lavar toda la ropa que quedaba» «Ahora sé lo que es apreciar, reconocer. Sin mi madre, yo no sería quien soy hoy. Al ayudar a mi madre ahora me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir hacer algo por mi cuenta. He llegado a apreciar la importancia y el valor de ayudar a la familia. 

El director dijo: «Esto es lo que yo busco en un gerente. Quiero contratar a una persona que pueda apreciar la ayuda de los demás, una persona que conoce los sufrimientos de los demás para hacer las cosas, y una persona que no ponga el dinero como su única meta en la vida». «Estás contratado». 

Puedes dar a tu hijo una casa grande, buena comida, clases de piano, ver en una gran pantalla de televisión. Pero cuando estás cortando el césped, por favor que también lo experimente. Después de comer que lave sus platos junto con sus hermanos y hermanas. 

No es porque no tengas dinero para contratar quien lo haga, es porque quieres amarlos de la manera correcta. No importa cuán rico seas, lo que quieres es que entienda. Un día tu pelo tendrá canas, igual que la madre de ese joven. Lo más importante es que tu hijo aprenda a apreciar el esfuerzo y tenga la experiencia de la dificultad y aprenda la habilidad de trabajar con los demás para hacer las cosas. 

D/A

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El Universo te dice siempre que si

29 julio, 2015

Eres el creador de tus experiencias. 


   El Universo te dice siempre que si:

 * Ya sea que pidas algo favorable o desfavorable para ti.

* Ya sea de manera consciente o inconsciente. 

   La Nueva Era nos pide estar más conscientes porque:

* Las cosas se están moviendo muy rápido ahora y porque.

* El tiempo entre lo que creamos internamente y lo que manifestamos es cada vez más corto.

  De allí la importancia de:

* Ser observadores de lo que estamos pensando y sintiendo para crear la realidad que queremos.

* Saber lo que es bueno para nosotros Mientras más conscientes seamos de lo que estamos procesando por dentro, mas fácil se hará nuestra existencia.

 Nos enfrentamos siempre a 4 dilemas: (Jose Luis Parise)

1.- Tengo o no tengo
2.- Puedo o no puedo
3.- Debo o no debo
4.- Se o no se

Patricia González

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Vamos a arreglar el mundo!

27 julio, 2015


Muchos conocen la historia del científico que vivía sumamente preocupado con los problemas del mundo, decidido a buscarles solución.

En algún momento, su hijito de siete años entra en el laboratorio deseoso de ayudar a su papá. El científico, por lo contrario, nervioso por la interrupción y viendo que era imposible sacarlo, cogió una revista que tenía en su portada un mapa del mundo, se la arrancó, la cortó en varios pedazos con una tijera, y se la dio al niño para que se entretuviera armando el rompecabezas, mientras él continuaba tranquilamente con sus experimentos.

Luego de unas pocas horas, el buen hombre oyó que el niño le decía: “Papá, ya arreglé el mundo.” El científico, asombrado, levantó la vista del microscopio pensando que lo que vería sería el resultado del torpe trabajo de un niño.

Sin embargo, para su gran sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados perfectamente en sus respectivos lugares. ¿Cómo había sido esto posible? ¿Cómo era que el niño había logrado esto? Intrigado, dijo a su hijito:

“Hijo, tú no sabías cómo era el mundo. Entonces, ¿cómo lograste armarlo?” “Papá” –le dijo el niño— “yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando arrancaste el mapa de la revista para recortarlo, yo vi que del otro lado tenía la figura de un hombre. Así que le dí la vuelta a todos los pedazos y comencé a organizar al hombre. Cuando conseguí arreglar al hombre, volteé la hoja y vi que había arreglado al mundo.”

Debemos estar conscientes, leí en algún momento, que el verdadero triunfo del hombre es lograr la familia que anhela, mostrar la bondad que recibe y tener verdaderos amigos. Que la verdadera sabiduría es aprender a escuchar y saber cuándo opinar, es comprender los problemas y saberlos resolver, y poder brindar al mundo lo que realmente uno sabe.

Que la verdadera fe es pedir y saber que Dios nos escucha, saborear los momentos que compartimos con Él, poder cerrar los ojos y sentirlo junto a nosotros.

 Que la verdadera amistad es sentir la hermandad que une a personas de sangres diversas, es saber que su mano siempre estará contigo, es saber brindarle tu ayuda en todo momento, es sentirte más valiente en los momentos que compartes con ellos, es saber compartir ideas y mejorar tu carácter, es tener ese apoyo en los momentos importantes.

El verdadero amor es poder oler el aire que respira tu pareja, es encontrar la otra mitad de tu alma, es sentir necesaria su presencia, y más que nada, saber esperar a su llegada.

¿Quieres cambiar el mundo? Disfruta cada día como si fuera el último, ya que uno nunca sabe cuando llegará el último día de nuestras vidas, y recuerda que la satisfacción de llegar a la meta no es llegar a la meta, sino todo lo que se vive en el camino para poder llegar a ésta.

Bendiciones y paz.
D/A

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APRENDE A CALLAR PARA QUE LUEGO NO TENGAS QUE ARREPENTIRTE

20 julio, 2015

APRENDE A CALLAR PARA QUE LUEGO NO TENGAS QUE ARREPENTIRTE 

¡Cuánto me duelen esas palabras cargadas de coraje que a veces digo en mis momentos de ira, pero que en mis instantes de paz y quietud me agobian, duelen y molestan!

¿Por qué será que a veces actuamos con tal ligereza que no pensamos bien el peso y las consecuencias de lo que vamos a decir?

Nos insensibilizamos y no consideramos lo que puede implicar para alguien la palabra airada y dura que declaramos.

Duelen, porque en un momento de coraje es posible que para desquitarnos actuemos con venganza o resentimiento y de alguna manera deseamos propinar el mismo dolor que nos causaron.

Pero al final de cuentas solo logramos sentirnos peor cuando el coraje ha pasado, porque las palabras que declaramos siguen vivas en la mente y el corazón de las personas a quien las dijimos.

Pienso en esas personas que han sido lastimadas tan fuertemente por un comentario que desde entonces andan con sus autoestimas golpeadas y laceradas. Pensando que no valen nada o que es verdad eso que un día alguien le dijo.

Porque hay palabras que son más duras que un golpe, que dejan heridas más profundas que una espada y que cuando las pronunciamos en vez de dar vida, lo que hacen es dar muerte. Veo tanta gente a mí alrededor airada, violenta, hablando malo, tratando de llevarse a quien se le presente de frente.

Enojados con ellos mismos y con el resto del mundo. Ante cualquier mínimo detalle pierden la paciencia y hacen cosas con las que solo se dañan a sí mismos y al resto.

Pero hay momentos en que es mejor callar aún cuando tengamos la razón. No nos podemos dejar dominar por la ira de un momento, para algo se supone que utilicemos el cerebro que tenemos. Si lo que vamos a decir, entendemos que no es bueno, que no traerá beneficios para nadie, es mejor callarnos. “En boca cerrada no entran moscas”. Hay ocasiones en que “calladitos nos vemos más bonitos”.

Estoy convencida de que tendremos conciencias más tranquilas, dormiremos mejor, tendremos una vida más calmada si aprendemos a dominar el enojo.

Si en vez de proferir palabras a lo loco, hablamos palabras que contengan amor y gracia. Cuando no tratemos ni le digamos a nadie lo que no nos gusta que nos digan y hagan a nosotros. Elige endulzar y sazonar tu vida con palabras sabias, amables, cálidas, llenas de amor y respeto.

Cuando tengas que corregir algo hazlo con sensibilidad y respeto. Los demás te lo agradecerán y tú serás una persona más plena y feliz.

Autora: Brendaliz Avilés

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Aprendamos el camino de la justicia.

17 julio, 2015

Aprendamos el camino de la justicia.

Aprendamos a ver lo bueno de las personas, y a reconocer sus méritos, obviemos los mínimos errores y elogiemos sus virtudes.

Pues muchas veces sucede que al momento de la discrepancia olvidamos todo lo bueno que nos han dado y solo nos enfocamos en señalar el error cometido, no séamos jueces de otros, ni híeras con tus palabras ni con tus actos a las personas que siempre se han mantenido contigo… 

En los momentos difíciles es cuando sabemos quienes realmente son nuestros amigos y quienes no lo son. 

Al momento de hablar y emitir juicio primero piensa antes de decir palabra alguna, antes de señalar o herir con palabras, acuèrdate de lo bueno de ésa persona… 

Pon en una balanza sus virtudes y defectos, y te darás cuenta que no vale la pena perder una amistad o una bella relación, solo por no perdonar un error; a veces es mejor tragarse el orgullo y bajar la guardia, recordemos que las acciones no se pueden deshacer y las palabras son como el vaso de agua que una vez que se desparrama no se puede recoguer.

Recuerda que somos un espejo,  lo que ves en mì està en tì.
D/A

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La Taza

15 junio, 2015

Se cuenta que alguna una vez, en Inglaterra, existía una pareja que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres. Una de sus tiendas favoritas era una en donde vendían vajillas antiguas.

En una de sus visitas a la tienda vieron una hermosa tacita. «¿Me permite ver esa taza?», preguntó la señora, «¡nunca he visto nada tan fino como eso!»

En cuanto tuvo en sus manos la taza, escuchó que la tacita comenzó a hablar. La tacita le comentó: * «Usted no entiende! Yo no siempre he sido esta taza que usted está sosteniendo! Hace mucho tiempo yo sólo era un montón de barro amorfo. Mi creador me tomó entre sus manos y me golpeó y me amoldó cariñosamente. Llegó un momento en que me desesperé y le grité: «Por favor!! Ya déjame en Paz!». Pero sólo me sonrió y me dijo: «aguanta un poco más, todavía no es tiempo.»

* Después me puso en un horno. Yo nunca había sentido tanto calor! Me pregunté porqué mi creador querría quemarme, así que toqué la puerta del horno. A través de la ventana del horno pude leer los labios de mi creador que me decían: «aguanta un poco más, todavía no es tiempo.» Finalmente se abrió la puerta. Mi creador me tomó y me puso en una repisa para que me enfriara.» Así está mucho mejor!» me dije a mí misma, pero apenas si me había refrescado cuando mi creador ya me estaba cepillando y pintándome. El color de la pintura era horrible! Sentía que me ahogaría! «Por favor detente!» le gritaba yo a mi creador, pero él sólo movía la cabeza haciendo un gesto negativo y decía «aguanta un poco más, todavía no es tiempo.»

* Al fin dejó de pintarme; pero esta vez me tomó y me metió nuevamente a otro horno! No era un horno como el primero, sino que era mucho más caliente! Ahora sí estaba segura que me sofocaría! Le rogué y le imploré que me sacara! Grité, lloré, pero mi creador sólo me miraba diciendo «aguanta un poco más, todavía no es tiempo.»

* En ese momento me di cuenta que no había esperanza! Nunca lograría sobrevivir a ese horno! Justo cuando estaba a punto de darme por vencida se abrió la puerta y mi creador me tomó cariñosamente y me puso en una repisa que era aún más alta que la primera. Allí me dejó un momento para que me refrescara.

* Después de una hora de haber salido del segundo horno, me dio un espejo y me dijo: «Mírate! Ésta eres tú!» Yo no podía creerlo! Ésa no podía ser yo! Lo que veía era hermoso! Mi creador nuevamente me dijo: «Yo sé que te dolió haber sido golpeada y amoldada por mis manos, pero si te hubiera dejado como estabas, te hubieras secado. Sé que te causó mucho calor y dolor estar en el primer horno, pero de no haberte puesto allí, seguramente te hubieras estrellado. También sé que los gases de la pintura te provocaron muchas molestias, pero de no haberte pintado tu vida no tendría color. Y si yo no te hubiera puesto en ese segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo, porque tu dureza no habría sido la suficiente para que subsistieras. Ahora tú eres un producto terminado! Eres lo que yo tenía en mente cuando te comencé a formar!».

Igual pasa con nosotros. Dios nunca nos va a tentar ni a obligar a que vivamos algo que no podamos soportar.Dios sabe lo que está haciendo con cada uno de nosotros. Él es el artesano y nosotros somos el barro con el cual Él trabaja. Nos amolda y nos da forma para que lleguemos a ser una pieza perfecta y podamos cumplir con su voluntad.

Espero que al igual que a mí, esta historia nos ayude un poco a comprender lo mucho que Dios nos ama y que no nos da más de lo que no podamos soportar…»

 

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Còmo Controlar la ira y la rabia

5 mayo, 2015

Còmo Controlar la ira y la rabia

1 – Tomarse un «tiempo»: aunque pueda parecer un cliché, contar hasta diez antes de reaccionar realmente puede calmar nuestro temperamento, sobre todo si es una persona compulsiva que suele hablar (o gritar) antes de pensar.

2 – Poner un poco de distancia de por medio: es aconsejable tomarse un descanso de la persona con la que estamos enfadados hasta que nuestras frustraciones se disipen un poco. Esto también nos permite planificar mejor cómo abarcar el asunto que nos preocupa o que nos ha causado un disgusto.

3 – Expresar de forma clara el motivo de nuestro enfado: es saludable expresar la frustración sin confrontación. No por gritar mas fuerte vayamos a convencer a nadie que tengamos razón. Una argumentación inteligente y honesta suele ser mucho mas eficaz que un enfado monumental. Se convence mucho mas si se identifican problemas y se plantean soluciones. Y si logramos convencer además al «culpable», pues hay mucha mas probabilidad de que el problema no vuelva a surgir.

4 – Hacer algo de ejercicio: la actividad física puede ofrecer una salida a las emociones, especialmente si estamos a punto de estallar. Salir a caminar o a correr, nadar, levantar pesas o simplemente subir y bajar las escaleras varias veces permitirá sacar la adrenalina de la ira sin confrontaciones.

5 – Pensar bien las cosas antes de decir nada: de lo contrario, es muy probable que digamos algo de lo que nos arrepentiremos después. Puede ser muy útil escribir lo que queremos decir para ceñirnos al tema o problema actual. Cuando estamos muy enfadados, es fácil dispersarse. Y si nos pasamos es muy importante saber pedir perdón.

6 – Identificar soluciones para la situación: en lugar de centrarnos en lo que nos hizo estallar, trabajar conjuntamente con la persona que nos enfureció para resolver el asunto en cuestión. Esto quiere decir que también debe estar dispuesto a escuchar la versión de la otra persona. No se puede llegar a acuerdos o soluciones sin antes comprender (no compartir) el argumento del otro.

7 – Hablar en primera persona al describir el problema: esto nos ayudará a evitar criticar o culpar a la otra persona, algo que podría hacer que se enfadara más o sintiera resentimiento, aumentando la tensión. Hay que evitar que la otra persona se sienta acusada o criticada para que no se ponga automáticamente a la defensiva. Podemos decir, por ejemplo: «Me siento mal porque he tenido que hacer todas las tareas domésticas esta semana» en vez de «Deberías haberme ayudado» o «Eres un vago y no ayudas nada».

8 – No guardar rencor: si podemos perdonar a la otra persona, ambos nos sentiremos mejor. No es realista esperar que todo el mundo se comporte exactamente como queremos. El rencor es un sentimiento muy negativo. Una vez resuelta una discusión es importante olvidar lo sucedido y no dejar que el resentimiento o rencor siga dentro, listo para salir en una discusión posterior. Intenta pensar en positivo.

9 – Utilizar el humor para liberar tensiones: reírse puede ayudar a disipar la tensión. No obstante, no utilizar el sarcasmo; solo logrará herir los sentimientos de la otra persona y empeorar las cosas. Si una risa le parece imposible, intentar al menos una sonrisa.

10 -Practicar técnicas de relajación: aprender habilidades de relajación y desestrés también puede ayudarnos a controlar nuestro genio cuando aparezca. Practicar ejercicios de respiración profunda, visualizar una escena relajante o repetir una palabra o frase para calmarnos, como «Tranquilo». Otras formas demostradas para aliviar la ira son escuchar música relajante, hacer meditación, cocinar, escribir un diario y hacer yoga.
D/A

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EL ÙLTIMO DESEO

3 mayo, 2015

EL ÙLTIMO DESEO

A pocas horas en su celda, esperando ser ejecutado, pidió como último deseo papel y lápiz. Luego de escribir por varios minutos, le dijo a su custodio por favor, entregue esta carta a mi madre!! La carta decía así:

Madre, creo que si hubiera más justicia en este mundo, tanto tú como yo deberíamos de ser ejecutados.
¡Tú eres tan culpable como yo de mi miserable vida!

¿Te acuerdas madre, cuando llevé a la casa aquella bicicleta que le quité a otro niño igual que yo? Me ayudaste a esconderla para que mi padre no se enterara.

¿Te acuerdas madre, cuando me robé el dinero de la cartera de la vecina?
Fuiste conmigo al centro comercial y lo gastamos juntos.

¿Te acuerdas madre, cuando botaste a mi padre de la casa? Él sólo quiso corregirme por haberme robado el examen final de mi grado y a consecuencia me expulsaron. Madre, yo era sólo un niño, luego fui adolescente y ahora un hombre mal formado!

Era sólo un niño inocente que necesitaba corrección, y no consentimiento.

Te perdono, y sólo te pido que le hagas llegar esta reflexión a todos los padres del mundo, que sepan que ellos son los únicos responsables de formar, a un hombre decente, o a un vulgar delincuente.
Gracias madre por darme la vida y gracias también por ayudarme a perderla.

Firma:
¡Tu hijo, El Delincuente!

Dios bendiga a aquellas madres que se sienten orgullosas de haber formado hombres útiles a la sociedad y no delincuentes a los que no les tiembla la mano para arrancar vidas y robar lo que con tanto sudor y trabajo le cuesta a los demás.
D/A

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