Me concedo el permiso…
Me concedo el permiso de estar y de ser quien soy, en lugar de creer que debo esperar que otro determine dónde yo debería estar o cómo debería ser.
Me concedo a mi misma el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir los que otros sentirán en mi lugar.
Me concedo a mi mismo el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.
Me concedo a mi mismo el permiso de correr, con la única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riesgos.
Me concedo a mi mismo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo, en lugar de esperar que alguien más me dé permiso para obtenerlo.
Jorge Bucay