Prosperidad y Abundancia

PROSPERIDAD Y ABUNDANCIA

26 diciembre, 2019

PROSPERIDAD Y ABUNDANCIA

En la sociedad el dinero es como lo es la sangre en el cuerpo humano, por esta razón el dinero debe circular, fluir para que cumpla su propósito de nutrir.

Si el dinero es retenido o acumulado indebidamente crea desequilibrios y atenta contra la ley universal, trayendo ciclos de miseria tanto a nivel personal como colectivo.

Metafísicamente el dinero es considerado como una forma de energía, ya que a través de él podemos fluir en el intercambio de bienes y servicios necesarios para el sostén de la vida humana en el plano material.

No todos sabemos fluir con la energía que representa el dinero. Hay quienes se cierran energéticamente cuando el dinero llega a sus manos.

Me refiero a aquellos que no fluyen negándose a pagar sus deudas, apegándose negativamente al dinero. Para fluir con el dinero debemos respetar la Ley del Suministro Divino.

Imagina que en un momento adquiriste un bien o un servicio a través de alguien que fue tu proveedor. Negarte a pagar o pagar de mala gana es una forma de cortar con la corriente del Divino Suministro, generando una energía negativa.
Los metafísicos bendecimos todo el dinero que llega a nuestras manos, pidiendo al Universo se multiplique, pero también bendecimos el dinero que pasando por nuestras manos llega a otros, pedimos que este dinero también se multiplique y lo entregamos con alegría, haciéndolo portador de energías de agradecimiento, energías positivas.
En mi vida laboral fui vendedor–cobrador al tiempo que estudiaba las enseñanzas metafísicas. Siempre observé que aquellos clientes que pagaban con mayor fluidez y que no se molestaban con los cobradores gozaban de mayor prosperidad y las energías de sus establecimientos eran más armónicas. Observé también que a este tipo de comerciante eran a los que llegaban los mejores negocios. En cambio, en aquellos clientes que de alguna u otra forma se molestaban con los cobradores o generaban una energía poco amable cuando firmaban sus cheques o pagaban en efectivo, sus establecimientos presentaban una energía negativa, cargada de mezquindad.
Las manos y cuerpos áuricos de aquellos que reciben nuestro dinero, son canales de circulación que se conectan. La energía de aquel que entrega como el que recibe se encuentran relacionadas, en el rio de la vida, todo está relacionado. Un comerciante que conozca este principio universal convertirá sus actos de cobrar y pagar en un ritual donde la energía reinante sea la de la abundancia, gratitud, amabilidad y el dar gracias a la vida. Una oficina, el escritorio, la chequera, la pluma como todos los objetos materiales, compuestos por moléculas, átomos y partículas, capaces de grabar la energía, se cargan de la vibración, buena o dañina que emitimos constantemente. Igual ocurre con una caja registradora, la cual recibe el dinero de nuestros clientes. En la actualidad, muchos establecimientos realizan la práctica de tener muy cerca de la caja registradora, caramelos para ofrecerlos a sus clientes en agradecimiento a su compra. Este simple acto hace que aquellos clientes que reciben este sencillo y simbólico obsequio, derramen sobre el lugar buenas energías al momento de entregar su dinero. Estas buenas energías forman un campo positivo de abundancia y prosperidad.
Debemos cuidar la energía que imprimimos en nuestra billetera cada vez que sacamos o colocamos dinero en ella. Debemos cuidar el estado de las energías del lugar donde realizamos nuestras transacciones financieras. Son nuestra mente y nuestras emociones las que graban las energías positivas o negativas en los objetos y estos objetos se convierten en imanes negativos o positivos creados por nosotros mismos. Nosotros decidimos la buena o mala vibra, y aunque contratemos los servicios de un buen exorcista o esotérico para que realice limpiezas energéticas en nuestros establecimientos, de nada valdrá si nuestra actitud es negativa, ya que todo el entorno volverá a grabar la negatividad que emanamos.
El mejor consejo que la metafísica puede ofrecernos es; dar gracias por lo recibido y honrar las deudas contraídas pagando con alegría.
Cada vez que recibas o entregues dinero decreta con todo el amor y las fuerzas de tu Ser, “que todo el dinero que fluye por mis manos se multiplique en las manos de quien lo recibe y en las manos de quien lo entrega.

Leonardo Diaz

 

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