Aprendizajes de vida

Qué es el duelo

19 enero, 2015

Qué es el duelo

El duelo es la reacción normal ante cualquier pérdida  
La muerte de un ser querido es una de las situaciones más duras que tiene que enfrentar un ser humano. 

Aunque suele provocar reacciones intensas en nuestra psicología (confusión, tristeza, angustia, impotencia, miedo…) y también en nuestro cuerpo (tensiones musculares y otras molestias físicas, pérdida de apetito o de sueño, propensión a enfermedades…) el duelo no es una enfermedad, la enfermedad realmente sería no hacer el duelo.  El duelo por la muerte de una persona importante en nuestra vida es siempre muy doloroso. No hay una varita mágica que nos evite ese sufrimiento. El dolor es inevitablemente el precio que pagamos por amar a otras personas. Si no nos doliera perder a nuestros seres queridos, dejaría de tener sentido toda nuestra existencia.  Estamos preparados psicológicamente para enfrentar pérdidasLa vida es una sucesión continua de pequeñas y grandes pérdidas. El duelo es la reacción ante cualquier pérdida o separación. Estamos acostumbrados desde que nacemos a sobrellevar pérdidas. Antes que nosotros, millones de seres humanos han enfrentado la muerte de sus seres queridos: hijos, parejas, hermanos, hijos… Estamos adaptados y contamos con los recursos psicológicos necesarios para enfrentar estas situaciones. Todos los duelos no son iguales
Aunque el proceso de duelo se pone en marcha de manera natural en todas las personas, hay situaciones que pueden hacer más difícil, más duro, más largo el camino de la recuperación:

Cómo fue la muerte. No es lo mismo una muerte esperada a la que nos hemos ido preparando, que una muerte repentina. Y si la muerte es inesperada, no es lo mismo que la causa sea una enfermedad, por ejemplo, un infarto, que algo traumático o violento cómo un accidente. Todavía será más difícil si ha sido por un suicidio o como consecuencia de un asesinato

Cómo suelo responder habitualmente ante las adversidades. El modo en que acostumbro a enfrentarme a situaciones de crisis. Si sufro habitualmente de problemas de ansiedad o depresión.

Cómo era mi relación con la persona fallecida. Quién era esa persona para mí, qué me daba, cómo de intensa era la unión. Tampoco será lo mismo si nuestra relación fue más bien tranquila, serena, armoniosa o, por el contrario, conflictiva o ambivalente (mezcla de amor y odio) También se hace difícil aprender a vivir sin la otra persona si la relación era muy dependiente (Si lo era todo para mi, lo haciámos todo juntos…)

A quién he perdido. No es lo mismo perder a tus padres ancianos (por doloroso que esto pueda ser) que la muerte de un hijo.

Vivir al mismo tiempo otras pérdidas o dificultades. Por ejemplo, perder el trabajo, un divorcio o sin haberme recuperado de una muerte sobrevenir otra; o vivir la muerte de tu pareja teniendo hijos en edad de crianza y tener que hacer frente a la pérdida de ingresos, etc.El duelo tiene un final Cuando estás inmerso en el dolor del duelo te parece que nunca vas a poder salir de ahí, porque lo único que quieres es tenerla de nuevo y, al mismo tiempo, sabes que nunca la vas a recuperar… Pero todo lo que comienza tiene un final y de la misma manera que comenzó un día tendrá también que terminar. Terminar el duelo no es de ningún modo olvidar, pasar página, abandonar al otro (este suele ser el gran temor de las personas en duelo) Terminar es darle un lugar en lo más íntimo de nosotros, un lugar donde la muerte no puede llegar, donde podremos seguir queriéndolo siempre, donde el amor que nos dio permanecerá intacto y que nos permita abrirnos de nuevo a la vida que sigue.   Es mucho más largo de lo solemos creer Nos preguntamos: ¿Cuánto tiempo va a durar esto? El duelo dura mucho más de lo que se piensa. Existe la creencia errónea de que pasado el primer año, ya tenemos que estar bien. Además suele haber cierta prisa en familiares y amigos; quieren vernos enseguida recuperados cuando en realidad todavía nos queda mucho por hacer. Tú misma también puedes tener prisa por ponerte bien, por dejar de sufrir, por seguir con la vida de antes… Por ejemplo, en la muerte de un hijo, podemos necesitar de 3 a 5 años. En la muerte de la pareja de 2 a 3 años, sabiendo que el dolor no va a ser siempre igual que al principio, que  irá disminuyendo con el paso del tiempo (las crisis serán menos intensas y espaciadas).
Cada duelo como cada persona es distinto
Y por lo tanto, no son comparables. Aunque haya cosas comunes por las que tenemos que pasar todos, el duelo exige al final una respuesta personal. La duración y la intensidad del duelo puede ser muy distinta de unas personas a otras, y no guarda relación con la intensidad de nuestro amor.

El duelo inevitablemente te cambiaNo puedes pretender volver a ser otra vez la de antes. La personas que han pasado esta experiencia reconocen que el duelo les ha hecho cambiar, crecer, madurar, valorar más lo que es realmente importante, salir de si mismas, amar mejor, disfrutar más de las cosas pequeñas de la vida, ser mejores personas, más sensibles y solidarias con el dolor de los demás, tener más esperanza… Reconocen que aun habiendo sufrido mucho, era necesario hacer este camino. Paradojicamente las personas que mas han sufrido después de perder a un ser querido suelen ser las que más esperanza dan otros que enfrentan una situación similar. Existen riesgos
El riesgo de no aceptar la muerte, de morirte con tu ser querido, de no querer volver a la vida, de que la amargura se instale en tu corazón. Aunque el duelo no es una enfermedad y todos los seres humanos lo tenemos que enfrentar tarde o temprano, hay circunstancias en que la situación nos puede superar, nos puede desbordar… Es el momento de pedir ayuda

D/A

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