SER ÍNTEGROS DE CORAZÓN
Emergemos la actitud y consciencia de integridad cuando repetidamente reconocemos la verdad de que somos un Ser puro, pacífico y lleno de cualidades.
Nos valoramos desde la percepción que desarrollamos de ser seres espirituales, nos valoramos desde la experiencia de nuestras cualidades internas y dejamos de buscar fuentes externas de validación.
Cuanto más nos enfocamos en nuestra relación con el Ser Supremo Divino, más atraemos poder puro espiritual hacia nuestra Alma.
Esto nos capacita a manejar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones e interpretar nuestras percepciones sensoriales con sabiduría.
Necesitamos poder y fortaleza para tener integridad. El poder transformador positivo ha de provenir de una fuente externa a nosotros.
No podemos ir hacia nuestro interior y encontrar suficiente poder para la transformación porque nuestro espíritu se ha vaciado. No podemos extraer poder de otro ser humano porque también están vacíos y lo único que conseguimos con esa actitud son relaciones desequilibradas.
La fuente de bondad y de poder para mantener la integridad es el Ser Supremo, porque está más allá de este universo material y no está sujeto a ninguna corrupción, deterioro o decadencia. El Ser Supremo es inmutable, siempre lleno y su poder no se reduce nunca.
Meditación significa buscar y disfrutar la compañía del Ser Supremo a través de la mente, atraer poder espiritual hacia nosotros. La influencia divina que recibimos nos da fortaleza para emerger nuestra integridad. El recuerdo de Dios produce claridad en la conciencia y nos capacita para convertirnos en amos y soberanos de nuestro mundo interno, devolviéndonos nuestro auto-respeto original.
D/A