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Crecimiento Interior

Crecimiento Interior

Pensamientos recurrentes cómo evitarlos

29 septiembre, 2016

Te ha pasado alguna vez eso de tener un pensamiento recurrente sobre algo que te preocupa o te enfada?

¿Has tenido esa sensación de volver una y otra vez sobre algún tema, que además suele hacerte sentir mal?

Pues querida amiga, querido amigo, bienvenidos a la familia de los rumiantes.

Defino como rumiante a las personas que tienen tendencia a quedarse enganchadas como si estuviesen atrapadas por un anzuelo, en emociones y pensamientos recurrentes que les hacen sentir mal.

Esta facultad, se caracteriza entre otras cosas, por no dejarte descansar ni desconectar ni un minuto. Y así, en cualquier momento, esa emoción recurrente, ese pensamiento machacón, vuelve una y otra vez a martillear tu cabeza.

Y es entonces cuando te conviertes en rumiante.

¿Qué hacer pues?

Tienes dos opciones fundamentales para salir de tu estado de rumiante:

La primera es afrontar y enfrentar lo que te ocurre siguiendo unos sencillos pasos:

1º- Escribe en un papel lo que te ocurre. Se trata de escribirlo para focalizar, para que no le des vueltas y vayas directa al grano como se dice coloquialmente.

2º- Mira lo que has escrito, pregúntate si responde verdaderamente a tu preocupación, si es así, pregúntate qué necesitas para resolver eso que te agobia.

3º Una vez que averigües lo que necesitas, pregúntate cómo lo puedes obtener y ponte en acción. Si en esta fase te das cuenta de que tú no puedes hacerlo sin ayuda, mira a ver quién puede ayudarte o directamente busca acompañamiento profesional. (Un proceso de coaching puede ser rápido si tienes bien definido tu objetivo)

La segunda opción, es aprender a Soltar. A veces seguimos dando vueltas a cosas, personas, situaciones sobre las que ya no tenemos margen de actuación. Entonces es el momento de dejarlas ir, de SOLTAR. Aprender a soltar es un habilidad inteligente que te hará la vida mucho más feliz.

Soltar es asumir (que no es lo mismo que resignarse, ya que resignarse conlleva cierta carga de derrota), que aquello pasó, o bien, que no depende de ti. Asumir y soltar es inteligente, es estar presente en tu vida con atención para poner energía donde lo necesitas.

¿De qué sirve que lleves meses, años arrastrando un problema?

Ya es hora de que lo dejes ir. Tu mente y tu corazón se liberará y dejará espacio para un montón de energía que podrás emplear donde tú quieras.

D/A

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Nuestro Juez Interior

21 junio, 2016

NUESTRO JUEZ INTERIOR…

«La vida cotidiana es ardua.

Sin embargo algunas personas nos ocupamos de complicarla con auto exigencias absurdas, pretensiones distorsionadas y mandatos internos que harían empalidecer a cualquier soldado de batallas heroicas.

Opera en nuestro interior un juez implacable que juzga desmedidamente cualquier actitud que no haya colmado al máximo nuestras propias expectativas personales, midiendo con desmedida severidad el alcance de nuestros desempeños.

A veces creemos que podríamos haber hecho las cosas mejor.

En efecto, siempre es posible mejorar. Sin embargo todos nosotros hacemos lo mejor que podemos, en todos los ámbitos.

Nunca he visto que una madre haga lo menos posible para sus hijos, ni un albañil haga la peor construcción, ni un artista la obra más fea, ni un empresario lo menos arriesgado ni un ama de casa la tarea menos esforzada.

Todos intentamos, cada día, de acuerdo a nuestros recursos, hacer el máximo bien.

Por eso, para las personalidades demasiado exigentes sería conveniente amarnos un poco más, aceptarnos como somos con nuestros costados débiles, necesitados o marchitados.

Así podríamos también ablandar nuestras apreciaciones hacia los demás.

Podríamos mirar de vez en cuando todo lo que sí somos capaces de llevar a cabo.

Podríamos amar nuestros errores, nuestro cansancio, nuestras tristezas o nuestros desengaños permitiendo que aflore espontáneamente de nuestro interior todo aquello que sea regular, incompleto, desbordado, a medio camino, desencajado o distraído.

Porque esas partes menos sólidas también constituyen eso que somos. Nos hacen humanos, imperfectos, alcanzables, iguales a los otros.

A algunos de nosotros nos haría bien dejar de juzgarnos a cada
rato para encontrar la belleza en los defectos, en los propios y en los ajenos.

Entonces la vida podría convertirse en una brisa suave y delicada, las personas se acercarían sin tanto miedo, nosotros tendríamos menos miedo a equivocarnos y nos daríamos cuenta que todos somos merecedores de ser amados, sobre todo si abrimos nuestras corazas, si somos menos duros con nosotros mismos y si damos la bienvenida a los vientos de la tolerancia»

Laura Gutman

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El camino que no lleva a ningùn lado

3 mayo, 2016

EL CAMINO QUE NO LLEVA A NINGÚN LADO…

«Hay un camino que pasa por ahí,
pero tú no sabes a donde va.

No sabes si ir a la izquierda o a la derecha,
o si quedarte donde estas.

No sabes.

Tarde o temprano, por abumiento sin duda alguna,
tomarás una decisión.

Decidirás ir a la derecha o a la izquierda.
Y te emocionarás pensando que tomaste la decisión correcta
hasta que llegues a un terreno difícil y entonces estarás convencido de que te fuiste en la dirección equivocada.

Esto sucederá tanto si decides ir a la izquierda como si decides ir a la derecha. Es lo mismo.

En el camino que no va a ningún lado, no importa que dirección tomes, porque el camino es circular
y eventualmente regresarás al mismo lugar.

En el Camino que no va a ningún Lado,
la pregunta no es: ¿A dónde vas?
Porque no vas a ningún lado en particular.

La pregunta es ¿Cómo vas?, ¿Disfrutas el camino?, ¿Vas triste o contento?, ¿Vas bendiciendo o maldiciendo a los que te encuentras en el camino?

En el Camino que no va a ningún lado, el destino no es tan importante.
Lo único que es importante, es tu estado de conciencia»

PAUL FERRINI

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Almas Gemelas

25 abril, 2016

Hay alguien especial para cada uno de nosotros.

A menudo, nos están destinados dos, tres y hasta cuatro seres. Pertenecen a distintas generaciones y viajan a través de los mares, del tiempo y de las inmensidades celestiales para encontrarse de nuevo con nosotros.

Proceden del otro lado, del cielo. Su aspecto es diferente, pero nuestro corazón los reconoce, porque los ha amado, en los desiertos de Egipto, iluminados por la luna. Y en las antiguas llanuras de Mongolia.

Con ellos hemos cabalgado en remotos ejércitos de guerreros y convivido en las cuevas cubiertas de arena de la antigüedad.

Estamos unidos a ellos por los vínculos de la eternidad y nunca nos abandonarán. Es posible que nuestra mente diga: «Yo no te conozco.» Pero el corazón sí le conoce.

Él o ella nos toman de la mano por primera vez y el recuerdo, de ese contacto trasciende el tiempo y sacude cada uno de los átomos de nuestro ser. Nos miran a los ojos y vemos a un alma gemela a través de los siglos.

El corazón nos da un vuelco. Se nos pone la piel de gallina. En ese momento todo lo demás pierde importancia. Puede que no nos reconozcan a pesar de que finalmente nos hayamos encontrado otra vez.

Aunque nosotros sí sepamos quiénes son. Sentimos el vínculo que nos une. También intuimos las posibilidades, el futuro. En cambio, él o ella no lo ven. Sus temores, su intelecto y sus problemas forman un velo que cubre los ojos de su corazón, y no nos permite que se lo retiremos.

Sufrimos y nos lamentamos mientras el individuo en cuestión sigue su camino. Tal es la fragilidad del destino. La pasión que surge del mutuo reconocimiento supera la intensidad de cualquier erupción volcánica, y se libera una tremenda energía. Podemos reconocer a nuestra alma gemela de un modo inmediato.

Nos invade de repente un sentimiento de familiaridad, sentimos que ya conocemos profundamente a esta persona, A un nivel que rebasa los límites de la conciencia, con una profundidad que normalmente está reservada para los miembros más íntimos de la familia. O incluso más profundamente. De una forma intuitiva, sabemos qué decir y cuál será su reacción. Sentimos una seguridad y una confianza enormes, que no se adquieren en días, semanas o meses.

Pero el reconocimiento se da casi siempre de un modo lento y sutil. La conciencia se ilumina a medida que el velo se va descorriendo. No todo el mundo está preparado para percatarse al instante. Hay que esperar el momento adecuado, y la persona que se da cuenta primero tiene que ser paciente.

Gracias a una mirada, un sueño, un recuerdo o un sentimiento podemos llegar a reconocer a un alma gemela. Sus manos nos rozan o sus labios nos besan, y nuestra alma recobra vida súbitamente.

El contacto que nos despierta tal vez sea el de un hijo, hermano, pariente o amigo íntimo. O puede tratarse de nuestro ser amado que, a través de los siglos, llega a nosotros y nos besa de nuevo para recordarnos que permaneceremos siempre juntos, hasta la eternidad.

Autor Brian Weiss

 

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Soltar, Dejar Ir, Desapegarse

17 abril, 2016

SOLTAR, DEJAR IR, DESAPEGARSE

En mi opinión, una de las causas que propician sufrimiento es el hecho de que somos tan posesivos, y estamos tan apegados a las personas o a las cosas, que no sabemos ni aceptamos soltarlas y dejarlas ir.

Todo en la vida y todo en el mundo es cíclico.

Todo se basa en un ciclo en el que todas las cosas nacen y mueren, todas tienen un comienzo y un final, todas están y dejarán de estar.

Y hay que aceptarlo tal como es.

Y aceptarlo evitará una serie de sufrimientos innecesarios, de esos que no aportan algo positivo.

La No Permanencia es la base de todo.

La inmortalidad no existe para nada de lo que hay sobre la Tierra.

Nada existe a perpetuidad.

Ni siquiera las cosas que no quisiéramos perder nunca, ni las personas a las que tanto amamos y amaríamos hasta el infinito, ni lo que nos produce placer, ni lo más ansiado.

Nada.

Todo tuvo un principio y todo tendrá un final.

Incluso nosotros mismos.

La vida es un perder continuo.

Perder cosas, perder amigos, perder familiares, perder la juventud, hasta perder la propia vida… siempre estamos perdiendo y así hay que aceptarlo ya que la oposición y la negación no sirven para nada.

Las cosas hay que disfrutarlas o amarlas mientras están.

Mientras es posible.

La consciencia del Aquí y Ahora

Todo se acaba: los buenos momentos y los malos, las películas y las cenas, los viajes y las canciones, y el hecho de que algunas cosas –no todas- se puedan volver a repetir nuevamente eso no quiere decir que será por siempre.

Me gusta el cuentecito que relata que un Maestro llevaba siempre en sus bolsillos dos papeles. Cuando estaba en un momento excelente, sacaba de su bolsillo un papel donde estaba escrito: ESTO PASARÁ. Cuando estaba en un momento difícil, sacaba de su bolsillo izquierdo otro papel donde estaba escrito: ESTO TAMBIÉN PASARÁ.

Para todo hay una última vez, y conviene ser muy consciente de ello.

Yo pienso a menudo en este asunto, y vivo a conciencia y luego me despido de las cosas, de los sitios, e incluso de las personas cada vez que estoy en ellas o con ellas.

Cuando estoy con una persona mayor siempre me despido como si fuera la última vez que la voy a ver. Posiblemente esta sea la última vez que estaré en la India, pienso si estoy en la India.

Esta es la última vez que veré esta puesta de sol –aunque pueda ver otras parecidas- digo cada vez que veo una puesta de sol. Y ser consciente de ello me hace apreciarlo todo aún más, con otra intensidad distinta, con una especie de avaricia de sacarle todo el jugo para atesorarlo con plenitud. Hacerlo así, me deja muy en paz.

Conviene aprender a desapegarse de todo para evitar que su falta o su ausencia provoquen sufrimiento. Y esto no quiere decir “aprender a no disfrutar las cosas”, que no importen las cosas, sino ser conscientes de su existencia mientras existen y darles permiso después para que se terminen porque ya han cumplido el ciclo que relación que nos correspondía a ambos.

Soltar… que dure mientras dure para luego dejarlo ir.

Todo.

Fue muy bonito mientras duró, pero ya antes del principio sabíamos que tenía un fin.

Dejar ir… que cada cosa y cada persona siga SU ritmo, SU vida, SU destino, y no el que nosotros queramos.

Desapegarse… Despegarse… Vivir –nosotros y los otros- en libertad.

Aceptar… que las relaciones con las personas y las cosas tienen un final, y cuando éste llegue aceptarlo.

No es fácil, pero es Ley de Vida y es conveniente aceptarlo así.

Te dejo con tus reflexiones…

(Y si te ha gustado, compártelo)

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Las pequeñas alegrías de la vida

13 abril, 2016

Las pequeñas alegrías de la vida

¿Acaso podríamos vivir sin ese beso descuidado que te da tu hija cuando sale cualquier tarde, tras pedirte una extensión de la paga?

¿O esos hijos adolescentes que te atruenan continuamente con músicas estrepitosas?

“Las pequeñas alegrías” es un ensayo de Herman Hesse, en el que nos alerta contra la hiperactividad y el frenesí de la prisa, como peligrosos enemigos de la felicidad.

Se lamenta, además, de que frecuentemente nuestra forma de gozar se acompaña de cierta ansiedad, sobreestimando el placer y  la alegría. El Premio Nobel de Literatura nos recuerda que el disfrute moderado duplica la felicidad.

El arte de vivir consiste en saber distinguir los innumerables deleites de las que el mundo está repleto, y que muchos ignoran mientras aguardan la gran felicidad.

Cada día está preñado de pequeñas alegrías, que hacen muy grande a la vida.

Te levantas de madrugada, bebes un vaso de agua y piensas: ¡Ésta sería la mejor bebida si nos faltasen todas! Lo mismo sucede con los alimentos: ¿Cuál añoraríamos más si todos desapareciesen? ¿El pan, el tomate, cualquier fruta por modesta y común que sea como la manzana o la naranja? ¿Y el contacto diario con la naturaleza o la observación del firmamento? Y los olores… ¿El aroma de la medianoche, la fragancia del amanecer, el bálsamo del anochecer, o el aliento de un ser querido?

Porque lo más importante son las personas. Sí, ésas con las que convivimos, que tantas veces nos desquician: los hijos, los suegros, la pareja, los cuñados, las sobrinas, los vecinos, los conductores, los peatones, los gamberros, los cretinos,… Todos somos necesarios e imprescindibles. ¿Cómo podríamos apreciar la quietud pacífica de la noche si un desvergonzado no nos desvelase con un berrido intempestivo, que nos obliga o a acurrucarnos nuevamente o, a los insomnes, a escribir estas líneas? ¿O esos hijos adolescentes que te atruenan continuamente la casa con músicas estrepitosas, y que cuando se van al extranjero no te dejan concentrarte por el clamoroso silencio de su ausencia y el inquietante orden de sus cuartos? Y ¿qué me dicen de las reiteradas “batallitas” de los suegros, que el día menos hablador te preocupan y comentas con tu cónyuge: “Me parece que el abuelo está un poco mayor…”? ¿Acaso podríamos vivir sin ese beso descuidado que te da tu hija cuando sale cualquier! tarde, tras pedirte una extensión de la paga? Y la “parienta” que te ha aguantado treinta años y que todavía cree que eres especial y único: ¡Ella sí que es excepcional!

Hay tesoros muy valiosos, pero ninguno tan preciado como la familia, que lo es todo. Y todos disponemos de una familia de la que preocuparnos y que se ocupa también de nosotros: se llama Humanidad. A menudo, no apreciamos lo obvio, lo gratis, lo cercano, lo nuestro,… ¡Qué ciegos podemos llegar a ser! ¡Levanta la mirada de este periódico, mira a tu alrededor y sonríe! Comprobarás que la vida es un espejo que siempre devuelva la sonrisa a los más risueños

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Tu Niño/a Interior

6 abril, 2016

TU NIÑO/A INTERIOR…

«Tus padres hicieron lo mejor que podían hacer con el entendimiento y la conciencia que tenían.

No podían enseñarte nada que ellos mismos no supieran. Si tus padres no se amaban a sí mismos, no había manera de que te pudieran enseñar cómo amarte.

No importa que tu infancia haya sido buena o mala: ahora, quien está a cargo de tu vida eres tú, y sólo tú.

Con amor abrazo a mi niño interior.

El amor es el borrador más grande que hay, borra incluso las impresiones más profundas, porque el amor cala más hondo que nada.

Si las impresiones de tu niñez fueron muy fuertes, mírate a los ojos y ámate.
Ama al niño que llevas dentro.

Cuida a tu niño interior.

Es él quien está asustado. Es él quien sufre. Es él quien no sabe qué hacer.
Ocúpate de tu niño.

Abrázalo y ámalo y haz todo lo que puedas por satisfacer sus necesidades.

No olvides hacerle saber que, suceda lo que suceda, tú estarás siempre a su lado. Nunca le volverás la espalda ni te escaparás de él. Siempre amarás a ese niño.»

LOUISE HAY

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Simplemente Enciende Tu Luz

24 marzo, 2016

SIMPLEMENTE, ENCIENDE TU LUZ…

«Cuando alguien te insulta, o te reduce a una cosa.

Cuando te dan un consejo que no solicitaste.

Cuando te echan la culpa por su dolor.

Cuando no te escuchan, y sólo hablan de ellos mismos.

Cuando te comparan con los demás.

Cuando te ignoran, invalidan, juzgan o se burlan de tus pensamientos y sentimientos.

Detente. Respira.

Recuerda que es su dolor, no el tuyo.
Recuerda que ellos están soñando el único sueño que pueden soñar hasta que despierten.
Recuerda que no te conocen a ti, sólo a su propia fantasía.

Tal vez a ellos les resulte demasiado difícil amarse a sí mismos.
Tal vez ellos busquen su valía en el exterior.
Tal vez ellos estén desconectados de su aliento, de su cuerpo, de su preciosa vitalidad, de su verdadera vocación.
Tal vez ellos viven en un mundo dualista donde hay bueno y malo, correcto e incorrecto, éxito y fracaso.
Tal vez ellos olvidaron la simple alegría de vivir.
Tal vez tú entiendas esto.
Tal vez tú has estado donde ellos han estado.

No trates de cambiarlos ahora. Quizás nunca cambien.
No intentes corregirlos. Ellos no están pidiendo ser corregidos.
Cuanto más presiones, más se alejarán de ti.
No te enredes en su urdimbre de tristezas.
Ve con claridad, incluso ten compasión, pero no presiones.

Está bien que ellos se sientan molestos. En verdad que sí.
Dales espacio para que se sientan molestos.
Está bien que se sientan decepcionados de ti.
Dales espacio para que se sientan decepcionados.
Está bien que te juzguen. Abre un espacio para sus juicios, también.

¡Dale cabida a tus propios pensamientos y sentimientos!
Permítete sentirte triste, enojado, culpable, desconfiado.
Deja que todas esas valiosas energías te bañen por dentro.
No te harán daño, si les permites moverse.
Sí, conocerás a muchos guardianes en este viaje.
Recorre tu camino de todos modos, y permite que los demás recorran el suyo.
No tienes que justificar tu camino, ni defenderlo.
Mantente cerca de ti mismo en estos tiempos difíciles.
No luches contra la oscuridad; no tiene ningún poder de todos modos.
Simplemente enciende tu luz»

JEFF FOSTER

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Viaje Hacia Los Adentros

22 marzo, 2016

VIAJE HACIA LOS ADENTROS…

«Nos han engañado. Nos vienen engañando desde hace mucho tiempo. Hemos caído en la trampa.

Nos han hecho tomar la bisutería por joyería, el cristal por diamante, el nácar por plata.

Nos han hecho creer desde hace milenios que la dicha viene de afuera, que sin lo externo no somos nada, que la diversión y el entretenimiento son la felicidad, que los excesos son lo que satisface y contenta, que el tener resulta lo esencial y no el ser.

Nos han adoctrinado para depender de todo lo exterior, nos han inculcado necesidades y deseos que no son nuestros, nos han precipitado al ruído, el estrés, la acción desmesurada y el distanciamiento cada día mayor de nosotros mismos, viviendo de espaldas a nuestra auténtica identidad.

Hemos entrado en el laberinto de lo engañoso, lo ilusorio, lo banal y superficial, lo que ofrecen como néctar y es veneno.

Al final hemos sido capturados en la espiral de la alienación. Queremos conocerlo todo, pero no tenemos ningún interés en conocer al conocedor.

Miramos las estrellas, si es que las miramos, pero no nos miramos a nosotros mismos en lo profundo. Somos los grandes desconocidos para nosotros mismos.

Tan externalizados estamos que hemos dejado de ser y nos hemos vuelto mediocres imitadores, un reflejo anodino de las influencias del exterior, en la red de viejos patrones y pautas que nos roban el discernimiento.

Pero si algo urge para recuperar nuestra salud psíquica y establecernos en nuestra propia y real naturaleza, es el viaje hacia los adentros; aprender a escudriñar en uno mismo y desconfiar de las falsas promesas e inciertas expectativas de esta sociedad conspirando contra el individuo y regida por poderes putrescibles y gobernantes de mente ofuscada y corazón de madera.

Solo en el viaje hacia los adentros es posible hallar la paz interior que le da un sentido a la vida que por un lado esclarece la mente y, por otro hace compasivo el corazón.

Para hacer posible esta singladura por el océano interno se nos han facilitado las herramientas necesarias. A través de la meditación, la contemplación u otras técnicas de introspección, desconectamos del mundo exterior durante unos minutos, para ir hacia los adentros.

No se trata de ser un necio subiendo y bajando por la misma orilla una y otra vez, sino de cruzar de la orilla de la servidumbre a la libertad. Nada es comparable a la paz interior, pero tan hipnotizados estamos yendo a ninguna parte, que perdemos de vista el objetivo fundamental, que es convertirnos en nosotros mismos»

RAMIRO CALLE

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La vida

27 febrero, 2016

La vida puede parecer dura e incluso díficil pero tu eres quien la lleva y la tienes a la palma de tu mano, sonríe, vive la vida y la tristeza marchara por si sola.

Hay tristezas inevitables, y por inevitables, pasajeras.

Si estas triste, no busques la razón, eso te pondrá más triste.

Cuando superamos una tristeza, el alma queda renovada.

La tristeza no mata a la alegría, solo la oculta.

Cuando la alegría salta en medio de la tristeza, esta se avergüenza.
Muchas tristezas juntas hacen una sola tristeza.

No se si la tristeza frustra, o es la frustración la que entristece.
La tristeza es un tren; si no estás en buena ubicación te arrolla.

No hay días tristes ni días alegres… Solo hay días.

¿Por qué será que las canciones tristes son más largas?
Es más fácil ocultar la alegría que la tristeza.
La tristeza es una isla en el mar de la alegría.
La tristeza se desgrana y gotea, no como la alegría que salpica.
Nunca cargo la tristeza, es ella quien me carga a mí.
La tristeza es breve la mayoría de las veces, pero parece eterna.

error: Tu esencia Divina 2015