NO SANAS HACIENDO; SANAS CUANDO DEJAS DE HACER.
Cuánto más profundo vayas, más feliz serás. Deja ya de leer y estudiar y comienza a utilizar el poder del amor. Lo que más desea el ego es que te distraigas, que siempre estés haciendo algo: mirando videos, informándote, leyendo, estudiando o realizando cursos. El conocimiento es necesario y maravilloso, sin embargo, jamás el tiempo que le dedicas al estudio debe ser mayor al de tu meditación y sanación.
Si tienes que sanar la relación con tus padres o con cualquier otra persona, permanece en tu cuarto en silencio utilizando el poder del amor al servicio de lo que necesitas resolver. Todos los conflictos en las relaciones tienen su origen en el desamor, el abandono y el rechazo, transmitidos de generación en generación. Una vez que recuerdas y conectas con esto, no necesitas ninguna otra información.
Nadie tiene la culpa; son sólo programas transmitidos de manera inconsciente desde el inicio de los tiempos. Y no se solucionan leyendo ni estudiando, se solucionan únicamente utilizando LA FUERZA DEL AMOR.
Esto significa cerrar los ojos, abrazar a tu niño herido que todavía espera la aprobación de sus padres; que todavía se siente solo; que necesita amor de una pareja y que aún tiene miedo de ser rechazado. Esto no es una técnica; es contacto, es profundidad. Es abrazarte y darte a ti mismo lo que nunca te dieron y aún sigues esperando.
Jamás subestimes el poder del amor; es posible lograr cualquier cosa. Pero primero, debes sanar tu propio corazón, yendo cada vez más profundo a tu interior. Entonces, tu frecuencia vibratoria aumentará y tus heridas sanarán y ya no reaccionarás frente a la oscuridad de los demás, independientemente de lo que te hagan.
SERÁS LIBRE Y AMARÁS DE FORMA INCONDICIONAL y podrás conocer la verdadera compasión y el auténtico perdón.
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