PATRONES GENERACIONALES
Anima a tus hijos a hablar sobre sus emociones y sentimientos.
Pide perdón cuando te equivocas.
Permíteles ver tus emociones y explícales tus sentimientos.
Pasa tiempo con ellos haciendo lo que les gusta. Enséñales maneras saludables de lidiar con lo que pueda provocarles problemas.
Mantén conversaciones profundas con ellos. Míralo a los ojos y demuéstrale lo mucho que los quieres, abrázalos y juega.
Permíteles corregirte, cuando te equivocas. Dales el ejemplo y muéstrales lo que quieres que aprendan. Sé la persona que desearías a tu lado, y la que tus hijos necesitan que seas.
Los patrones generacionales se repiten cuando las personas crían como fueron criadas, y actúan de maneras que les son familiares, pero no necesariamente saludables.
Puedes cambiar patrones generacionales equivocados reconociendo lo que experimentaste y eligiendo hacer algo diferente. Muchos niños aprenden por lo que ven modelado por los adultos que los rodean.
“Los niños nunca han sido buenos para escuchar a sus padres, pero nunca fallan en imitarlos”. . – Créditos a quien corresponda
A mi hija…
Cuando crezcas, cuando te hagas mayor, cuando la vida me aleje de ti y ya no pueda cuidarte, escucha una cosa que te voy a decir:
Si te gusta una blusa, te la pones y si te gusta una falda te la vuelves a poner.
Si te quieres cortar el cabello, te lo cortas y si te gusta maquillarte, te maquillas.
Si te gusta una canción la escuchas y si te gusta bailarla, la bailas.
Que nunca venga nadie a decirte cómo vivir tu propia vida.
Si pudiera darle tres cosas a mi hija serían: la capacidad de amarse y darse siempre autoestima, la fuerza para perseguir sus sueños y la capacidad para comprender que para ser feliz sólo debe aprobarse a sí misma.
Autor: Desconocido
UN DÍA BAJÉ A MI HIJOS Y YA NUNCA LOS VOLVÍ A CARGAR
Los cargué cuando se habían lastimado. Los cargué cuando estaban emocionados. Los cargué cuando estaban cansados. Los cargué cuando aún eran demasiado pequeños para ver lo que yo podía ver.
Y de pronto un día los bajé y ya no los volví a cargar.
Un día, sin darme cuenta, ellos se hicieron grandes. Demasiado grandes para caber en mis brazos. Demasiado grandes para colgarse de mis piernas. Demasiado grandes para descansar en mi pecho. Un día los bajé y ya no los volví a cargar.
Un día, sin darme cuenta ellos se hicieron fuertes. Lo suficientemente fuertes para seguir adelante aunque estuvieran cansados; lo suficientemente fuertes para calmar su propio dolor. Lo suficientemente fuertes para enfrentar sus más profundos miedos. Un día los bajé y ya no los volví a cargar.
Un día sin darme cuenta, ellos ya podían ver lo que yo podía ver y más: ellos podían ver la belleza del mundo, ellos podían ver a aquellos que la sociedad ignora, ellos podían ver soluciones donde otros veían problemas, ellos triunfan y caen sin que yo esté ahí.
Y aunque físicamente ya no los cargue, siempre estaré ahí para aplacar sus miedos, para escucharlos cuando lo necesiten, para dar un aplauso por sus logros, para dar un consejo en tiempos de dudas o simplemente para abrazar sin necesidad de palabra alguna.
Pero ya nunca descansarán en el borde de mi cadera o se quedarán dormidos con sus pequeñas piernitas colgando de mí. Ya nunca necesitarán mi ayuda para ver por encima de la gente. Ya nunca serán pequeños para caber entre mis brazos. Ya nunca levantarán sus brazos para que yo la cargue.
¡Pero siempre estaré ahí, disfrutando de su alegría y llorando por su dolor..!
Disfrutemos a nuestros hijos que el tiempo vuela y no perdona..❤️
D/A
La cargué cuando se había lastimado.
La cargué cuando estaba emocionada.
La cargué cuando estaba cansada.
La cargué cuando aún era demasiado pequeña para ver lo que yo podía ver.
Y de pronto un día la bajé y ya no la volví a cargar.
Un día, sin darme cuenta… ella se hizo grande.
Demasiado grande para caber en mis brazos.
Demasiado grande para descansar en mí.
Un día la bajé y ya no la volví a cargar.
Un día, sin darme cuenta ella se hizo fuerte.
Lo suficientemente fuerte para seguir adelante aunque estuviera cansada; lo suficientemente fuerte para calmar su propio dolor.
Un día la bajé y ya no la volví a cargar.
Un día sin darme cuenta, ella ya podía ver lo que yo podía ver. Ella podía ver por encima de la gente. Ella podía ver sin mi ayuda.
Un día la bajé y ya no la volví a cargar.
El día que la bajé, yo no sabía que sería el último.
Había sido una rutina que hicimos miles de veces.
Y lo cierto es que ella aún me necesita para guiarla a través de la vida.
Ella aún necesita descansar su cabeza en mi hombro. Ella aún me busca cuando se lastima. Ella aún me llama cuando está asustada.
Pero ya nunca descansará en el borde de mi cadera o se quedará dormida con sus pequeñas piernitas colgando de mí.
Ya nunca necesitará mi ayuda para ver por encima de la gente. Ya nunca será pequeña para caber entre mis brazos. Ya nunca levantará sus brazos para que yo la cargue.
UN DÍA BAJÉ A MI HIJA Y YA NUNCA LA VOLVÍ A CARGAR.
Autora: Candice Curry
PAPI Y MAMI…
1.- “Mis manos son pequeñas y por eso se me cae la leche aunque no quiera…”
2.- “Mis piernas son cortas, por favor, espérame y camina más despacio, así puedo andar contigo…”
3.- “No me pegues en las manos cuando toco algo y de color brillante… Es que quiero aprender…”
4.- “Por favor, mírame cuando yo te hablo. Así se que estas escuchas…”
5.- “Mis sentimientos todavía son tiernos, no me regañes todo el día… Deja que me equivoque sin hacerme sentir tonto…”
6.- “No esperes que la cama que haga o el dibujo que pinto sean perfectos. Amame por el hecho de haber tratado de hacerlo lo mejor posible…”
7.- “Recuerda que soy un niño, no un adulto pequeño… A veces no entiendo lo que me dices…”
8.- “Te quiero tanto… Por favor,Amame por lo que soy, no por las cosas que hago…”
9.- “No me rechaces cuando estas molesto conmigo y vengo a darte un beso… Me siento solo, abandonado y con miedo…”
10.- “Cuando me gritas me asusto… Por favor explícame lo que he hecho…”
11.- “No te enfades cuando en las noches las sombran y la oscuridad me dan miedo cuando me despierto y te llamo… Tu abrazo es lo único es lo único que me devuelve la paz…”
12.- “Cuando vamos a la tienda no sueltes mi mano creo que voy a perderme y que no me encontrarás jamás…”
13.- “Me siento muy triste cuando ellos discuten… A veces pienso que es por culpa mía y se me encoge el estómago y no se qué hacer…”
14.- “Muchas veces veo que abrazas y acaricias a mi hermano… ¿Es que lo quieres más que a mi? Quizá ¿Porqué es más lindo e inteligente?, pero yo… ¿No soy tu hijo también?…”
15.- “Me regañaste duro cuando rompí mi juguete favorito y mucho más cuando me eche a llorar. Yo estaba triste y peor que tu… No lo hice a propósito y me quede sin el…”
16.- “Te molestaste por que me ensucie jugando. Pero es que la sensación del barro en mis pies era tan rica y la tarde tan linda… Ojalá supiera lavar para lavar mi ropita…”
17.- “Hoy te sentiste mal y yo me preocupe mucho. Trate de entretenerte con mis juegos, mis cuentos, ¿qué haría yo si a ti te pasara algo?…”
18.- “Me meten miedo con el infierno y no se lo que es… Pero pienso que debe ser algo así tan terrible como estar sin ti…”
19.- “Aunque me dejaron con los tíos y la pase buen, los extrañe mucho toda la semana. Ojalá no hubiera vacaciones para los papas!”
20.- “Tengo mucha suerte! Entre todos los niños que hay en el mundo, ustedes me escogieron a mi…” Los adultos tendemos a olvidarnos de nuestra infancia, que sentíamos, que nos hería, que nos daba miedo…
Puede que escuchen este llamado a veces egresado verbalmente y otra no, porque los niños lo piensan en silencio.
D/A
Definición de lo que significa un hijo …
“Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos.
De cómo cambiar nuestros peores defectos, para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje.
Sí. ¡Eso es! Ser madre o padre, es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado.
¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo…
EL MÁS PRECIADO Y MARAVILLOSO PRÉSTAMO ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos; luego, le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias.
Dios bendiga siempre a nuestros hijos, pues a nosotros, ya nos bendijo con ellos”
JOSÉ SARAMAGO