


*“Más sillas por favor”…*
*Imagina que es la última fiesta de tu vida.*
Ya tienes la mesa y la comida, pero te faltan las sillas.
Yo conozco un “señor” que te las podría prestar, sólo necesita saber cuántas necesitas.
Yo ya lo estuve pensando bien y estas sillas son las que necesito, Señor:
Pues bien, necesitaré:
De inicio *Necesito dos sillas;* hay dos personas en este mundo que me amaron desde que nací; me cuidaron, me educaron, y poco o mucho, me dieron todo lo que tenían sin esperar nada a cambio, estaré siempre agradecida por ello:
*“Mis papás”*
Necesito otras sillas, porque a fuerza me tocó compartir la vida *con dementes* . Me la pasé peleando todo el tiempo con ellos, me quitan mis cosas, se ponen mi ropa sin permiso, entre otras cien barbaridades, pero siempre que los necesito están ahí, no importa lo que pase. Y si volviera a nacer, volvería a pedir que me tocaran a fuerza, porque son mi equipo de vida:
*“Mis hermanos”.*
Señor, ¡más sillas por favor!, necesito sentar a esos hombres y mujeres que escogí para caminar en esta vida, (esos no fueron a fuerza). Ellos han andado conmigo desde hace años, hemos llorado y nos hemos abrazado con el alma en los momentos difíciles, hemos reído y festejado cuando las cosas han salido bien.
Hemos aprendido (a punta de guamazos muchas veces) y hemos madurado juntos.
La distancia y el tiempo jamás me han separado de ellos.
Sillas para los responsables de las famosas frases:
“jalas o te da miedo” y “nos vemos para algo tranqui”:
*“Mis amigos”.*
Necesito otra silla, porque me enamoré, (de un fulano que ni conozco, decía mi papa), y decidimos hacernos socios en este camino. Un buen día nos tomamos de la mano y empezamos a caminar juntos frente a la vida.
Él, Ella, me hace ser una mejor persona cada día.
No, no es [email protected], pero me prometió que seríamos felices cada día de mi vida y lo ha cumplido:
*“Mi [email protected] «*
Necesito otras sillas más, porque tengo que sentar a esas personas *que han cambiado mi vida;* ya no duermo igual, nunca tengo tiempo para mí, parezco taxi todos los días, hace tiempo que no como una comida caliente. Pero agradezco infinitamente todo eso, porque he conocido el amor más grande que existe en este mundo.
Ellos son el motor de mi vida: *“Mis Hijos”.*
Disculpa Señor, pero necesito más sillas y son para esas personitas, que sin yo haber hecho nada, *de repente caen del cielo,* sin tener que pasar por un matrimonio, sin dolores de maternidad y sin las penas del amor, y llegan como una herencia, cuando menos lo esperaba, a llenar de amor mi hogar y mi vida y que cuando los abrazo estando ya dormidos abren un ojo y me dicen:
» *Abu” te amo mucho!* y mi corazón estalla de felicidad, como pan en el horno:
*“Son mis nietos”.*
Por favor, necesito una última silla, es para alguien muy especial.
*Para ti,* antes que nada, quiero pedirte perdón, perdón por siempre pensar en ti hasta el final. Porque tú siempre me has acompañado, has reído y llorado conmigo, jamás me has abandonado, aguantas mis excesos de trabajo, de estrés, de desvelo y aun así te levantas todos los días como nadie en este mundo para estar siempre conmigo.
*Esa silla es para ti, mi Señor, mi Dios, mi Padre…porque a nadie amo más.* Eres todo para mí.
¡Listo! ahora si nos podemos sentar a cenar, mi mesa está lista.
¡Gracias Padre por haber puesto a cada uno de ellos en mi vida!
*EL AMOR NO SE PUEDE DEFINIR, PORQUE DEFINIR ES LIMITAR, Y EL AMOR NO TIENE LÍMITES.*
*Si te gusto reenvíalo a otros.*
Las familias más chicas. Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.
Tenemos más medicinas,pero menos salud
Hemos multiplicado nuestras fortunas, pero hemos reducido nuestros valores.
Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.
Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a
nuestro vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.
Tenemos mayores ingresos, pero menos valores humanos.
Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría.
Con más comida, pero menos nutrición.
Son días en los que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios.
No guardes nada «Para una ocasión especial», porque cada día que vives es una ocasión
especial.
Lee más, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas; pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos; come tu comida preferida; visita los sitios que ames.
La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es solo para sobrevivir.
Usa tus copas de cristal; no guardes tu mejor perfume, úsalo cada vez que te den ganas de
hacerlo.
Las frases «Uno de estos días», «Algún día», quítalas de tu vocabulario.
Escribamos aquella carta que pensábamos escribir «Uno de estos días».
Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuanto los queremos.
Por eso no retardes nada que agregue risa y alegría en tu vida.
Cada día, hora, minuto, es especial.
ES TIEMPO DE SER MEJORES FAMILIAS!
La familia está fracturada, y no es por la ideología de género, sino porque no tenemos raíces profundas de fe. Esta fracturada, porque tenemos volteados nuestros valores y prioridades, trabajamos sin descanso por una casa, un carro y unos bienes perecederos, y ponemos nuestro corazón y nuestras metas en esas cosas pasajeras y superfluas.
La familia está herida porque no le inculcamos a nuestros hijos el amor a Dios y al prójimo, porque no aceptamos que nuestros hijos sean personas con defectos y necesitados de corrección.
Porque no toleramos que se les llame la atención, y nos comportamos como fieras cuando algun profesor los llama al orden.
Estamos heridos, porque le huimos a la palabra sencillez, porque no aceptamos la austeridad ni la pobreza, porque creemos que tenemos el derecho de ser servidos, pero no nos gusta servir.
Porque criamos hijos orgullosos y soberbios al haberles puesto el mundo en bandeja y les robamos la capacidad de aceptar la frustración y la dificultad.
La familia está herida porque no sabemos perdonar, porque no sabemos hablar sin herir al otro, porque le pedimos a los nuestros una perfección que no tenemos.
Porque caímos en la trampa de considerar el matrimonio algo desechable. La familia está herida, porque sacamos a Dios de nuestro corazón, porque relativizamos la verdad, porque nunca hay tiempo para orar, porque aceptamos la infidelidad, el maltrato verbal y físico, porque humillamos a nuestra pareja delante de nuestros hijos o nuestros amigos.
Porque guardamos silencio ante el pecado y la maldad. Definitivamente, es tiempo de ser mejores familias, es tiempo de reconocer humildemente nuestros errores, es tiempo de dar lo mejor de nosotros mismos.
Es tiempo de abrir las puertas de nuestros hogares de par en par, para dejar entrar a Dios. Es tiempo de dedicarle tiempo a nuestros hijos, de decirles aquí estoy, de enseñarles más que con palabras con obras, que aunque la vida sea dura, siempre podrán contar con nuestra ayuda.
Es tiempo de volver al primer amor, de llenar las tinajas de vino que se agotaron cuando le dijimos a nuestra esposa que estaríamos con ella en la salud y la enfermedad, el la riqueza y en la pobreza.
La familia no ha sido lastimada tan solo con estas nuevas doctrinas e ideologías que tanto nos alarman en estas semanas, tal vez tu o yo como padres, nos hemos encargado de abrir heridas en eso que decimos amar con toda nuestra alma.
Tal vez, hemos perdido el norte por estar buscando las cosas de abajo y olvidado las de arriba.
Si, tal vez, se nos olvidó, que la meta es el cielo. Dios nos bendiga y nos ayude a ser mejores familias, lugares donde reine el amor de Dios. Donde se ame al Señor por encima de todas las cosas…
Familias conforme al corazón de nuestro Creador.
LOS CONFLICTOS FAMILIARES
El universo funciona como una energía que busca restablecerse, algo así como una energía de amor que busca “corregir” todo aquello que se encuentra distorsionado.
Es en otras palabras, la Ley de Amor restaurando el universo.
Esta es la razón por la que en ocasiones, coloca aquellos seres que antes fueron nuestros enemigos, nuestros «juzgadores», nuestros inquisidores…, para que sean nuestros familiares más cercanos, así como también nuestros vecinos, o amigos, o compañeros…, en especial lo hace en esas relaciones muy directas en las que hay un intercambio constantes de situaciones “buenas” y “malas”, tal como sucede en las relaciones de padres e hijos…
Pero, ¿qué hay que hacer cuando tenemos situaciones de odio, sufrimientos, conflictos, así como también cuando hay poco o ningún entendimiento?
A continuación, algunas sugerencias, y como este es un espacio de interacción, en los comentarios puedes agregar tus sugerencias…
– Haz mucho silencio, porque la quietud trae estabilidad emocional a tu espíritu.
– Reflexiona en cada situación. La reflexión contribuye a desarrollar el nivel del discernimiento, que a la vez contribuye en el fortalecimiento del libre albedrío.
– Deja que la vida continué su ritmo, «déjate llevar por el río». No fuerces situaciones. Si te odian, deja que te odien, en algún momento cambiarán de actitud, y si no les alcanza esta vida, lo harán en otra, PUES TENEMOS MUCHO TIEMPO.
– Ama y sirve al prójimo, por ejemplo, si no tienes una madre a quien le puedas dar amor, busca otra que lo necesite. Visita un asilo de ancianos y da amor a todos aquellos que no tienen hijos amorosos. Ese dar se te retribuirá, si no ocurre en esta vida, será en otra PUES TENEMOS MUCHO TIEMPO. También puedes hacerlo con los niños de un orfanato, o algún vecino, o familiar cercano que necesite de apoyo.
– Cambia internamente, cambia para bien tu personalidad y tu carácter pues en la medida en que vibres más alto, podrás atraer situaciones que reconforten tu espíritu.
– Practica lo que dice la Oración de la Serenidad: «Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia. (Escríbela en un papel grande y pégala en la pared, o haz planas en un cuaderno).
– Debes reconocer el o los problemas, junto las personas, las circunstancias, los motivos del conflicto, los momentos de sufrimiento, los motivos de preocupación…, y con ello todas las cualidades “negativas” que se expresan en ti y que deben ser reconocidas y transformadas. Es en este reconocimiento, donde se encuentra la clave de la evolución del espíritu.
– Practica el perdón. Perdón no es rogarle a alguien que te acepte o humillarte ante él. Perdón es reconocer que has estado expresando sentimientos y emociones que te han estado afectando y que debes transformarlos para tu bien, no para complacer a los otros.
– Si te equivocaste, vuélvelo a intentar.
– Sé tú mismo
Desconozco el autor.
Hallar tiempo Hablamos de «hallar» tiempo para nuestros hijos o de hacer tiempo para las personas en nuestra vida o para los amigos.
Damos la impresión de que las relaciones son apenas una parte de nuestra vida junto con tantas otras ocupaciones.
A veces pensamos lo que más importa en nuestra existencia son las relaciones y no los logros o la adquisición de bienes.
Entonces ¿por qué le prestamos tan poca atención a las relaciones? Cuando estamos muy ocupados afectamos el tiempo que dedicamos a las relaciones quitándoles la energía y atención necesarias.
Es posible evaluar la importancia que le asignamos a algo considerando el tiempo que estamos dispuestos a dedicarle.
Cuanto más tiempo le dedicamos a algo más evidente resulta la relevancia y el valor que tiene para nosotros. Si quieres conocer las prioridades de una persona fíjate en cómo usa el tiempo.
El tiempo es el regalo más preciado que tenemos porque es limitado. Podemos producir más dinero pero no más tiempo. Cuando le dedicamos tiempo a una persona le estamos entregando una porción de nuestra vida que nunca podremos recuperar.
No es suficiente decir que las relaciones son importantes debemos demostrarlo en acciones invirtiendo tiempo en ellas. Las palabras por sí solas nada valen…
La esencia del amor no es lo que pensamos hacemos o aportamos a los demás. Es cuánto entregamos de nosotros mismos a los demás.
El mejor regalo de amor no son los diamantes ni las rosas ni los dulces. Es la atención dice: «Te valoro tanto que te entrego mi bien más valioso: mi tiempo».
Siempre que dediques de tu tiempo estarás haciendo un sacrificio y el sacrificio es la esencia del amor o amistad. Es posible dar sin amar pero no se puede amar sin dar.
Amar es entregarse: dejar de lado mis preferencias comodidad objetivos personales seguridad dinero energía y tiempo para el beneficio de otra persona.
El mejor uso que le puedes dar a la vida es amar.
La mejor expresión de amor es el tiempo. El mejor momento para amar es este … es hoy … es ahora.
Autor desconocido
CONSEJOS PARA MI [email protected]… Cásate con la persona correcta…
HIJO:
• Cásate con la persona correcta. De esta decisión dependerá el 90% de tu felicidad o tu miseria.
• Observa el amanecer por lo menos una vez al año.
• Estrecha la mano con firmeza, y mira a la gente de frente a los ojos.
• Ten un buen equipo de música.
• Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis: busca que sea fuerte donde tú eres débil y viceversa.
• Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra.
• Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa.
• Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución.
• Maneja coches que no sean muy caros, pero date el gusto de tener una buena casa.
• Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión.
• No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo. Ya lo sabe.
• Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche. Dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza.
• Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir.
• Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado.
• Haz lo que creas que sea correcto, sin importar lo que otros piensen.
• Dale una mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento en que ya no te dejará hacerlo.
• Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas.
• Ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades.
• Recuerda el viejo proverbio: sin deudas, no hay peligros ni problemas.
• No hay nada más difícil que responder a las preguntas de los necios.
•Aprende a compartir con los demás y descubre la alegría de ser útil a tu prójimo. El que no vive para servir, no sirve para vivir.
• Acude a tus compromisos a tiempo. La puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno.
• Confía en la gente, pero cierra tu coche con llave.
• Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también ‘el gran riesgo’.
• No confundas confort con felicidad.
• Nunca confundas riqueza con éxito.
• No pierdas nunca el sentido del humor y aprende a reírte de tus propios defectos.
• No esperes que otro sepa lo que quieres si no lo dices.
• Aunque tengas una posición holgada, haz que tus hijos paguen parte de sus estudios.
• Haz dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que aparezcan en las fotos.
• Trata a tus empleados con el mismo respeto con que tratas a tus clientes.
• No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta.
• No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene.
• Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra vida encima de él.
• Escucha el doble de lo que hablas (por eso tenemos dos oídos y una sola boca).
• Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a amigos.
• Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos.
• Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.
• Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: disfruta mientras lo recorres.
• Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.
• La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo, sino es aquella que disfruta de cada instante de su vida.
D/A
Aprende a Perdonar.
El cartero le entregó el telegrama y mientras Roberto le daba las gracias y empezaba a leerlo, no podía evitar que su cara mostrara una expresión de sorpresa más que de dolor.
Eran unas palabras breves y precisas: “Tu padre falleció. Lo sepultaremos mañana a las 18 horas. Mamá”Roberto se quedó como estaba, de pie y mirando al vacío.No sintió dolor, ni derramó ninguna lágrima, era como si hubiera muerto un extraño.¿Por qué no sentía nada por la muerte de su padre?
Con un torbellino de pensamientos confusos en su mente, avisó a su esposa y emprendió viaje hacia la casa de sus padres. Mientras viajaba en silencio sus pensamientos pasaban por su mente a toda velocidad.No tenía deseos de ir al funeral, sólo lo hacía para acompañar a su madre y tratar de aliviar su tristeza. Ella sabía que padre e hijo no se llevaban bien, desde aquel día de lluvia en que una serie de acusaciones mutuas, obligó a Roberto a irse para no volver nunca más.
Pasaron los años y Roberto vivía cómodamente. Se había casado y formado una familia, pero sólo se acordaba de su madre para su cumpleaños o alguna festividad.A su padre sin embrago lo había borrado de su mente.
Desde aquel fatídico día jamás lo vio ni habló con él. Jamás pudo superar el odio que sentía hacia él. En el velatorio se encontró con pocas personas. En un rincón del salón vio a su madre pálida, débil. Se notaba que había sufrido mucho. Tal vez porque siempre deseó que las cosas terminaran de otra manera.
Cuando vio a su hijo, lo abrazó mientras lloraba silenciosamente, fue como si de pronto hubiera perdido toda esperanza.Después, Roberto vio el cuerpo sereno de su padre. Estaba envuelto por un manto de rosas rojas, como las que al padre le gustaba cultivar. Pero de los ojos de Roberto no cayó una sola lágrima, su corazón herido no se lo permitía.Se quedó con su madre hasta la noche, la besó y le prometió que regresaría con sus hijos y su esposa para que los conociera.
Ahora, por fin podría volver a su casa, porque aquella persona que tanto había odiado, ya no estaba en este mundo. Era el fin de la humillación, de las críticas, de los consejos ácidos de un sabelotodo. Por fin podría reinar esa paz que siempre quiso experimentar.
En el momento de la despedida la madre le colocó algo pequeño y rectangular en la mano-Hace mucho tiempo podrías haberlo recibido, le dijo. Pero, sólo después de que él murió lo encontré entre sus cosas más importantes.Roberto no le dio mucha importancia y emprendió el viaje de regreso.
Unos minutos después de haber comenzado el viaje, se acordó y quiso averiguar de qué se trataba lo que le había entregado su madre.Después de desenvolverlo con cuidado vio un pequeño cuaderno de tapa roja. Era un libro viejo y sus páginas habían quedado amarillentas por el paso de los años y al abrirlo pudo leer en su primera página algo que había escrito su padre:
• Hoy nació Roberto, pesó casi cuatro kilos. ¡Es mi primer hijo, estoy muy feliz y mi corazón salta de alegría!El relato continuó apasionando a Roberto, que con un nudo en la garganta, seguía leyendo:• Hoy, mi hijo fue por primera vez a la escuela. Es todo un hombrecito. Cuando lo vi con el uniforme, me emocioné tanto que no pude contener las lágrimas.
Le pido a Dios que lo guarde y le de sabiduría para ser un hombre de bien.La emoción de Roberto iba en aumento y el dolor de su corazón cada vez era más intenso, mientras por su mente comenzaban a resurgir imágenes del pasado.• Roberto me pidió una bicicleta, mi salario no es suficiente, pero él se la merece porque es muy estudioso y dedicado. • Así que pedí un préstamo y se la compré. Espero poder pagarlo con las horas extras.• La vida de mi hijo será diferente a la mía, yo no pude estudiar.
Desde niño me vi obligado a ayudar a mi padre, pero deseo con todo mi corazón que mi hijo no sufra ni padezca situaciones como las que yo viví.Roberto no podía creer lo que estaba leyendo, era como si un mar de dolor inundara su conciencia. Vinieron a su mente los recuerdos de su adolescencia, como se quejaba a su padre por no tener bicicleta como sus amigos… y continuó leyendo.• Es muy duro para un padre tener que castigar a su hijo, sé que me odiará por esto, pero es la forma en que creo debo educarlo para su propio bien.
• Fue así como aprendí a ser un hombre honrado y esa es la única forma en que soy capaz de educarlo.Roberto cerró los ojos y recordó la noche cuando por causa de una fiesta en su juventud hubiera podido ir a la cárcel. De hecho todos sus amigos pasaron la noche allí. Sólo lo evitó, el que su padre, precisamente esa noche, no le permitió ir al baile con sus amigos.También recordó otra oportunidad en la que no le concedió permiso para salir. Esa vez el auto en el que debía haber estado, chocó y quedó totalmente destrozado contra un árbol. Le parecía casi oír las sirenas y el llanto de toda la ciudad mientras sus cuatro amigos eran llevados al cementerio.Las páginas se sucedían con todo tipo de anotaciones, llenas de respuestas que revelaban en silencio, la tristeza de un padre que lo había amado tanto.
Por fin llegó a la última página y leyó:Son las tres de la mañana, ¿Dios, qué hice mal para que mi hijo me odie tanto?¿Por qué soy considerado culpable, si no hice nada de malo, solo intenté educarlo para que fuera un hombre de bien?Mi Dios, no permitas que esta injusticia me atormente para siempre.
Te pido perdón si no he sido el padre que él merecía tener y deseo de todo corazón que me comprenda y me perdone.Estas fueron las últimas palabras de un hombre que, aunque nadie le había enseñado, a su manera intentó ser el mejor padre.El mundo quizás podía verle como demasiado duro o intransigente, pero en lo más íntimo de su ser había un hombre tierno y lleno del amor de Dios, que nunca supo como expresarlo ni a su propia familia.La aurora rompía el cielo y un nuevo día comenzaba, Roberto cerró el cuaderno, se bajó en la primera estación y regresó de nuevo hacia donde habían vivido sus padres.
Regresó quizás deseoso de que todo hubiera sido un mal sueño, de poder encontrar a su padre con vida y pedirle perdón por todo el mal que le hizo, pero no…Gritó frente a su tumba, hubiera querido poder abrazarlo, pero solo encontró un profundo silencio.Destrozado, fue a ver a su madre. Antes de entrar en la casa vio una rosa roja en el jardín; acarició sus pétalos y recordó como su padre las cuidaba con tanto amor. Esta fue la manera de encontrar paz en su corazón, ya que mientras acariciaba esa rosa, sintió como si acariciara las manos de su padre y descargara su dolor para siempre.
Calmado ya, con voz suave se dirigió a su padre muerto: “Si Dios me mandara a elegir, no quisiera tener otro padre que no fueras tú. Gracias por tanto amor y perdóname por haber sido tan ciego”Esta lección le hizo reflexionar, ya que él también era padre y se dio cuenta de que no estaba dando lo mejor de si, ya que las ocupaciones, los problemas y el stress, habían creado un silencio entre él y sus hijos.
A partir de ahora, decidió que su vida cambiaría radicalmente y que se compraría un cuaderno de tapa roja para poder anotar cada una de las historias que a partir de ese momento sucedieran en su familia.“La adolescencia y la juventud son los únicos problemas que sólo se solucionan con el tiempo”.
D/A
SALÍ CON OTRA MUJER.
Después de varios años de matrimonio descubrí una nueva manera de mantener viva la chispa del amor. Había comenzado a salir con otra mujer, aunque debo reconocer que, en realidad, fue idea de mi esposa.
-Sabes que la amas – me dijo un día tomándome por sorpresa. La vida es muy corta, dedícale tiempo.- Pero yo te amo a ti – contesté.-Lo sé. Pero también la amas a ella.La otra mujer a quien mi esposa quería que yo visitara, era mi madre, pero las exigencias de mi trabajo y mis hijos hacían que sólo lo hiciera ocasionalmente. Esa noche la llamé para invitarla a cenar y al cine.-¿Qué te ocurre? ¿Estas bien? me preguntó.
Mi madre es el tipo de mujer que una llamada tarde en la noche o una invitación sorpresiva es indicio de malas noticias.-Creí que sería agradable pasar algún tiempo contigo, le respondí. Los dos solos ¿qué opinas?Reflexionó sobre ello un momento y respondió: Me gustaría muchísimo.
Ese viernes mientras conducía para recogerla después de mi trabajo me encontraba nervioso, pero a la vez muy feliz… Cuando llegué a su casa vi que ella también estaba muy emocionada. Me esperaba en la puerta con su viejo abrigo, se había rizado el cabello y usaba el vestido con el que celebró su último aniversario de bodas. Su rostro sonreía, irradiaba luz como un ángel.-Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo y se mostraron muy emocionadas, me comentó mientras subía a mi auto. -No podrán esperar a mañana para escuchar acerca de nuestra velada.
Fuimos a un restaurante no muy elegante, pero sí muy acogedor, mi madre se aferró a mi brazo como si fuera «La Primera Dama de la Nación». Cuando nos sentamos tuve que leerle el menú. Sus ojos sólo veían grandes figuras. Después de unos minutos, levanté la vista; mi madre sólo me miraba. Una sonrisa nostálgica se le delineaba en los labios.-Era yo quien te leía el menú cuando eras pequeño ¿Recuerdas?-Entonces es hora de que te relajes y me permitas devolverte el favor, respondí.
Durante la cena tuvimos una agradable conversación, nada extraordinario, sólo ponernos al día de nuestras cosas. Hablamos tanto que nos perdimos el cine. Saldré contigo otra vez, pero sólo si me dejas invitar, dijo mi madre, la besé y acepté la invitación.-¿Cómo estuvo la cita? – quiso saber mi esposa cuando llegué aquella noche.-Muy agradable, mucho más de lo que imaginé.
Días más tarde mi madre murió de un infarto.Al poco tiempo recibí un sobre del restaurante donde habíamos cenado mi madre y yo, la nota decía: “La cena está pagada por anticipado, estoy segura de no poder ir, pero igual pagué para ti y tu esposa, jamás podrás entender lo que aquella noche significó para mí. ¡Te amo! En ese momento comprendí la importancia de decir a tiempo «TE AMO» y de darles a nuestros seres queridos el espacio que se merecen; nada en la vida será más importante que tu Familia, dales tiempo, porque ellos no pueden esperar. Si vive tu madre, disfrútala… si no… Récuerdala…
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