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Cuentos

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Había una vez

8 septiembre, 2015


Había una vez

Un hombre que subía cada día al autobús para ir al trabajo.

Una parada después, una anciana subía al autobús y se sentaba al lado de la ventana.

La anciana abría una bolsa y durante todo el trayecto, iba tirando algo por la ventana, siempre hacía lo mismo y un día, intrigado, el hombre le preguntó que era lo que tiraba por la ventana.

– ¡Son semillas! – le dijo la anciana .

– ¿Semillas? ¿Semillas de qué?

– De flores es que miro afuera y está todo tan vacío…Me gustaría poder viajar viendo flores durante todo el camino. ¿Verdad que sería bonito?

Pero las semillas caen encima del asfalto, las aplastan los coches, se las comen los pájaros… ¿Cree que sus semillas germinarán al lado del camino?

Seguro que sí. Aunque algunas se pierdan, alguna acabará en la cuneta y, con el tiempo, brotará.
Pero…tardarán en crecer, necesitan agua …

Yo hago lo que puedo hacer. ¡Ya vendrán los días de lluvia!

La anciana siguió con su trabajo … Y el hombre bajó del autobús para ir a trabajar, pensando que la anciana había perdido un poco la cabeza .

Unos meses después… Yendo al trabajo, el hombre, al mirar por la ventana vió todo el camino lleno de flores…

¡Todo lo que veía era un colorido y florido paisaje!
Se acordó de la anciana, pero hacía días que no la había visto. Preguntó al conductor : ¿La anciana de las semillas?

Pues, ya hace un mes que murió.

El hombre volvió a su asiento y siguió mirando el paisaje.

«Las flores han brotado, se dijo, pero ¿de que le ha servido su trabajo? No ha podido ver su obra».

De repente, oyó la risa de un niño pequeño. Una niña señalaba entusiasmada las flores… ¡Mira, padre! ¡Mira cuantas flores!

¿Verdad que no hace falta explicar mucho el sentido de esta historía?
La anciana de nuestra historia había hecho su trabajo, y dejo su herencia a todos los que la pudieran recibir, a todos los que pudieran contemplarla y ser más felices.

Dicen que aquel hombre, desde aquel día, hace el viaje de casa al trabajo con una bolsa de semillas que và arrojando por la ventanilla

Moraleja :

No dejes de sembrar cosas buenas…
Alguien siempre recogerá tu siembra….

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Cuento Indio. Guardar silencio y escuchar

16 marzo, 2015

Cuento Indio, una historia sacada del libro «Ni lobo ni perro. 
Por senderos olvidados con un anciano indio» de Kent Nerburn. 

El relato dice así:

Nosotros los indios sabemos del silencio. No le tenemos miedo. De hecho, para nosotros es más poderoso que las palabras.
Nuestros ancianos fueron educados en las maneras del silencio, y ellos nos transmitieron ese conocimiento a nosotros. Observa, escucha, y luego actúa, nos decían. Ésa es la manera de vivir.
Observa a los animales para ver cómo cuidan a sus crías. Observa a los ancianos para ver cómo se comportan. Observa al hombre blanco para ver qué quiere. Siempre observa primero, con corazón y mente quietos, y entonces aprenderás. Cuando hayas observado lo suficiente, entonces podrás actuar.
Con ustedes es lo contrario. Ustedes aprenden hablando. Premian a los niños que hablan más en la escuela. En sus fiestas todos tratan de hablar. En el trabajo siempre están teniendo reuniones en las que todos interrumpen a todos, y todos hablan cinco, diez o cien veces. Y le llaman “resolver un problema”. Cuando están en una habitación y hay silencio, se ponen nerviosos. Tienen que llenar el espacio con sonidos. Así que hablan impulsivamente, incluso antes de saber lo que van a decir.
A la gente blanca le gusta discutir. Ni siquiera permiten que el otro termine una frase.  Siempre interrumpen. 
Para los indios esto es muy irrespetuoso e incluso muy estúpido. Si tú comienzas a hablar, yo no voy a interrumpirte. Te escucharé. Quizás deje de escucharte si no me gusta lo que estás diciendo. Pero no voy a interrumpirte. Cuando termines, tomaré mi decisión sobre lo que dijiste, pero no te diré si no estoy de acuerdo, a menos que sea importante. De lo contrario, simplemente me quedaré callado y me alejaré. Me has dicho lo que necesito saber. No hay nada más que decir. Pero eso no es suficiente para la mayoría de la gente blanca.
La gente debería pensar en sus palabras como si fuesen semillas. Deberían plantarlas, y luego permitirles crecer en silencio. Nuestros ancianos nos enseñaron que la tierra siempre nos está hablando, pero que debemos guardar silencio para escucharla.
Existen muchas voces además de las nuestras. Muchas voces.
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La vasija agrietada

13 diciembre, 2014

 

La vasija agrietadaUn cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros.

Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: «Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.»

El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: «Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.» Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo: ¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?
Siempre he sabido de tus grietas y quise obtener ventaja de ello, sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde tú vas y todos los días tú las has regado. Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar la casa de mi patrón. Sin ser exactamente como eres, él no hubiera tenido esa belleza sobre su mesa.
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas.
«Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.
«En la gran economía de Dios, nada se desperdicia». Si sabes cuáles son tus grietas, aprovéchalas, y no te avergüences de ellas. Si se lo permitimos Dios utilizará nuestras grietas para decorar la mesa de su Padre.»
D/A

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Fábula de la rana sorda.

12 noviembre, 2014

Fábula de la rana sorda.
Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenia caso seguir luchando. Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo. Cuando salió, las otras ranas le dijeron:»nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos». La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo. 
Lecciones La fábula original de Hsien-Sheng Liang nos presenta dos lecciones importantes: 
1. La palabra tiene poder de vida y muerte. 
2. Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo que lo acabe por destruir. Tengamos cuidado con lo que decimos. 
3. Una persona especial es la que se da tiempo para animar a otros.¿Qué te parece si hacemos oídos sordos a las cosas negativas, y comenzamos a animarnos y a hacer algo,  para que este tiempo que nos toca vivir, sea mucho mejor para todos?
Autor: Hsien-Sheng Liang

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Todo Pagado Con Un Vaso de Leche

28 agosto, 2014

TODO PAGADO CON UN VASO DE LECHE….
 

Un joven que pagaba sus estudios trabajando de vendedor ambulante, sentía hambre pero no tenía dinero para almorzar. 

Decidió vencer la vergüenza que le daba mendigar y pedir algo de comer en la próxima puerta que tocase. No obstante, perdió su nervio cuando una hermosa joven le abrió la puerta. 

En lugar de pedir comida pidió solo un vaso de agua. Ella, sin embargo, se apiadó de el y le trajo un vaso de leche. El se lo tomó tímidamente y preguntó: – ¿Cuanto le debo?». – No me debe nada, respondió ella. 

Mi madre nos enseñó a nunca aceptar pago por hacer un favor. – Entonces le agradezco de corazón, respondió el joven. 

Aquel joven llamado Howard Kelly se fue de aquella casa, no solo sintiéndose fortalecido en su cuerpo sino también en su fe en Dios y en la humanidad. Antes del incidente estaba pensando en rendirse y renunciar. 

Muchos años más tarde aquella joven, ya mayor, se enfermó gravemente. Los doctores locales estaban muy preocupados. Finalmente la enviaron al hospital de una gran ciudad donde practicaba un famoso especialista en aquella enfermedad. 

Cuando el médico se dió cuenta del nombre de su nueva paciente y del pueblo de procedencia, inmediatamente se levantó y fue a verla. La reconoció inmediatamente. Volvió a su oficina resuelto a hacer todo lo posible para salvar su vida. 

La lucha fue larga pero la señora se salvó. Por su parte la señora andaba muy preocupada sabiendo que el precio de su estancia en el hospital sería astronómico. Sin que ella supiese, el doctor envió órdenes que le pasaran a él la cuenta final. 

Después de examinarla escribió un mensaje al pie de la cuenta antes de que fuese enviada a la señora. Ella abrió aquella cuenta con gran temor, pensando que pasaría el resto de sus días pagándola. Finalmente miró y cual fue su asombró cuando leyó al pie de la lista de enormes cifras: Todo pagado por completo… con un vaso de leche.
 

Firmado: Dr. Howard Kelly.

error: Tu esencia Divina 2015