EL GATO
Cuando un gato ama a una persona, lo demuestra con pequeños gestos que, para quien sabe mirar, son enormes.
El ronroneo es una señal clara de que se siente seguro y feliz contigo. No siempre es «automático», un gato no ronronea con cualquiera.
Cuando un gato frota su cabeza o su cuerpo contra tus piernas, tus manos o tu cara, está marcándote con su olor, diciendo: “Eres mío, te quiero en mi mundo”.
Un gato que te ama no quiere estar demasiado tiempo lejos. Te acompaña a la cocina, al baño o al sofá, solo para estar cerca.
Dormir cerca de ti es una muestra enorme de confianza, porque el sueño es un momento de vulnerabilidad para ellos.
Esa mirada lenta, con los ojos entornados, como si estuviera soñando despierto, es un «te amo» silencioso en el idioma felino.
Algunos gatos te traen «regalos», como juguetes o incluso presas si salen a cazar, porque quieren cuidarte y compartir contigo.
Si te deja acariciar su barriga sin ponerse a la defensiva, es una señal de que confía plenamente en ti.
Los gatos no gritan su amor como un perro moviendo la cola. Pero quien los conoce sabe: cada mirada, cada roce, cada ronroneo suave es una declaración silenciosa de cariño.
Créditos a quien corresponda




