ABRAZAR NUESTRA MAGIA
Podemos empezar abrazar nuestra magia, esa que solo habita en nosotros, única e irrepetible.
Aquello que se recibe como bendiciones son los polvos mágicos de nuestros más elevados pensamientos echados al Universo, y éste con su mas humilde amor coloca a las hadas, los guías, los duendes y a los ángeles a bailar nuestra canción favorita dibujando la sutil y sincrónica alegría de un regalo que no creemos merecer, pero nosotros mismos lo hemos dado.
Empecemos a reconocer la magia y ver todo lo que con ella hasta hoy nos has regalado. Una varita que se sacude sobre nosotros dibujando las estrellas para que al fin nos sintamos coronados.
Ser el rey, la reina de nuestro mundo, de todo aquello que vemos que no es nuestro y somos
Nosotros y ser en todo eso soberanos. Abrazar la magia de un corazón que se transforma todo lo que vemos, así sea lo mismo que siempre hemos visto, empieza a tener el brillo de nuestra compasión, el color de nuestra empatía, los ornamentos y abalorios de un espejo reflejando aquello que solo nosotros podemos ver porque solo nosotros nos podemos reencontrar en ese brillo.
Reflejo de cada Ser. Ser supremo que con la chispa divina de un Amor indefinido ha esperado nuestros pasos, éstos pasos que nos han mostrado la magia irrefutable de todo lo que ante nosotros, con Amor, Dolor, Alegría, Sorpresa y Gracia, se ha manifestado.
Comencemos a despertar y ser conscientes de esa magia al fin para que en nosotros y desde nosotros, empecemos a crear, desde un corazón anhelante de expansión o lo que algunos llaman arte, lo que nunca se ha creado.
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