Busca el Silencio…
Para poder hacerlo es necesario apartar un pequeño periodo de tiempo cada día.
Este tiempo que es necesario, pero que no debe suponer un conflicto con nuestras obligaciones, es suficiente.
Cinco minutos, o incluso menos, es bastante.
Durante este breve período, una persona debe ser capaz de separarse de todas las impresiones sensoriales, de todo lo que le llega a través de los ojos, oídos y su sentido del tacto, en este tiempo debe volverse ciego y sordo a su entorno exterior.
Todo lo que nos llama la atención del mundo exterior nos une con la sensualidad y el ordinario mundo diario. Todo esto debe ser silenciado y la total calma interior debe tomar su lugar.
Cuando una persona alcanza lo más profundo de su ser, cuando se aleja de los pensamientos que le asaltan desde el exterior y en vez de eso se concentra en los pensamientos que pertenecen a la eternidad, está avivando la llama dentro de sí que le iluminará los mundos del alma.
Cuando una persona desarrolla dentro de si las cualidades de la ecuanimidad, la calma interior y la paz, y es capaz de mantenerse en silencio y expresar solo pensamientos elevados, tendrá una existencia llena de amor y su vida se conviertirá en una vida de devoción a lo divino, el mundo a su alrededor empezará a «sonar.» Esto es lo que Pitágoras llamó «Música de las esferas».
