CADA DÍA ES UNA BENDICIÓN
Cada día es una bendición, sin importar la edad que tengamos.
Cada amanecer nos ofrece la oportunidad de ver las maravillas del cielo, del aire, del agua, de la madre tierra, la oportunidad de aprender algo nuevo, y de crecer, recordándonos que la vida misma es un continuo regalo invaluable.
Con cada hora, día, semana, mes y año que pasa, adquirimos sabiduría, esa preciosa joya forjada por nuestras experiencias, desafíos y triunfos. Esta sabiduría nos permite ver la belleza en lo cotidiano y entender que cada momento, por simple que sea, tiene su propio valor y aporte.
Vivir con amor y consciencia transforma nuestra existencia. Nos invita a abrazar cada instante con gratitud, a apreciar día a día, los pequeños detalles y a conectar de manera más profunda con los demás.
La verdadera riqueza de la vida no se encuentra en la cantidad de años vividos, sino en la calidad de esos años sumados.
Así, independientemente de la etapa en la que nos encontremos, cada día es una oportunidad para vivir plenamente, con el corazón abierto y la mente despierta.
Comienza este día Feliz por la que ya tienes, dando lo mejor de ti, siempre aportando en lo que quieres lograr y dando gracias a Dios por lo que estás por Manifestar .
Una vida llena de sentido, con objetivos claros, está a tu alcance a partir del momento en que decides que así sea. La paz está en tí y las dificultades también. Hay que aprender a hacer que la paz venza las dificultades para construir un feliz destino.
Para ello tienes que comenzar a vivir de acuerdo con la verdad de tu yo interior. No basta con la simple voluntad de vencer, hace falta conectarse con esa fortaleza interna que define tu verdadero ser.
Es preciso elaborar un plan de progreso espiritual inspirado por una meta elevada pero establecida en la realidad de tu estado actual y en los posibles obstáculos que puedan interferir con el objetivo de dicha meta.
Alcanzar la paz interna es un compromiso serio, pero también lleno de sorpresas agradables. Se requiere estar atentos a todos los procesos que pueden alterar esa paz interior y contrarrestarlos con paciencia y fe, con valentía y determinación, con voluntad y certeza de que todo fluye de acuerdo al Plan Divino.
En el mundo material, el éxito se mide en función de aspectos materiales. En el mundo espiritual, el éxito es la medida de la victoria sobre tus propias flaquezas y pretextos. Este éxito está al alcance de todos.
Si la meta es clara y la resolución es firme, hay muchas garantías de que cada paso que des te lleve un poquito más hacia delante, en dirección a tu feliz destino.
«No es necesario golpear para hacer daño; una palabra, un silencio, una decepción, una traición, o la indiferencia también lastiman».
Todos tenemos un pasado en el que tal vez no tomamos las mejores decisiones, así que ninguno de nosotros es completamente inocente, ni tampoco completamente culpable.
Pero todos los días tenemos la oportunidad de un nuevo comienzo para ser mejores de lo que fuimos ayer.
No tienes que tolerar a quien no te trate con respeto, no importa si es amigo, familiar o el amor de tu vida.
No importa el tiempo que le conozcas o lo que haya hecho por tí en el pasado. Siempre es válido señalarle a las personas su mal comportamiento.
Es válido fijar límites y definir lo que estás dispuesto a tolerar.
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