CADA QUIEN DESPIERTA A SU RITMO
Es hora de dejar que los demás, familiares, amigos, cónyuge, hijos lleguen a su propio ritmo, sin sentirse culpables por no poder despertarlos, por no demostrarles que hay otra forma de vivir y pensar.
No conoces la elección del alma de otra persona, diferente a la tuya propia. Nada te obliga a intentar salvar al otro, incluso si sabes que tu alma es hermosa. Que sean lo que elijan
Al querer salvar el alma del otro, entra en el triángulo (víctima, salvador), sigues siendo víctima de la responsabilidad que solo tú te has impuesto. Le impide vivir su elección de alma.
Libera el control sobre las almas de otras personas, ya sean tus hijos, tu entorno. Cada alma tiene un proceso que seguir, un camino elegido de evolución y si no coincide con tus deseos, deja que experimenten lo necesario para tu alma. Deja ir el control.
Al querer llevar al otro a tomar el camino de la luz, quien piensa bien, no acepta la elección de su alma, no le deja vivir su experiencia.
Libérate, ahora, de toda obligación de sacrificio, de sumisión, hacia los demás, avanzando sólo si es necesario, siendo más en aceptación de tu singularidad.
Es hora de purgar las obligaciones que tus padres, la sociedad, tú mismo, tienen un lugar y son parte de tu vida. No estás obligado a convivir con personas que son tóxicas para ti, no hay obligación de sacrificar tu vida para salvar la de otras personas. No es tu responsabilidad.
No te sientas obligado a ser bueno todo el tiempo, a decir sí a todo, a aceptar que no tomas tiempo para ti mismo. Tú creaste esta situación sabelo y si no aprecian tu presencia déjalos disfrutar de tu ausencia.
Es hora de deshacer la dependencia de las obligaciones, liberar todos los contratos, todas las promesas hechas por obligación inconsciente.
Deja que tu alma y el alma de los demás vivan lo que debe ser vivido por cada uno.
Créditos a quien corresponda
