Durante la vida de cada persona se van abriendo ciclos, cambios, que se tienen que hacer, para renovar, para refrescar, para que las energías se renueven, se llenen de nueva fuerza y vitalidad, esto es normal, si dejamos una habitación cerrada sin ventilar, el aire se vicia, si no movemos nunca los muebles, ni para limpiar, el polvo se acumula, la energía se estanca, deja de moverse, el lugar se convierte en un foco de infección, que no sólo estanca nuestra energía, impidiéndonos avanzar, sino que puede llegar a enfermarnos.
Lo mismo pasa con nuestra vida, cada determinado tiempo tenemos que sacudirnos, movernos, hacer algo nuevo, renovar, hacer que la energía fluya y cambie.
Dentro de las etapas cíclicas, hay unas tradicionales, en las que las energías se van renovando de todo a todo, incluso, genética, física y hormonal-mente, como los ciclos de siete años, otras que son mas bien energéticas y metafísicas, como los ciclos de los veintiún años, pero, hay otros ciclos que se dan mas seguido, ciclos que sirven para marcar pautas, para hacer limpieza, mental, energética, física incluso, como el año nuevo, el comienzo de cada estación o un cumpleaños.
Un cumpleaños es un momento único, porque es un ciclo personal, es un momento en que puedes reiniciar tu vida, simbólicamente hablando, es el momento en que el Universo te da la oportunidad de quitarte disfraces, de decidirte a hacer aquello que debes hacer, aquello que es tu misión, si estás feliz con tu vida, es momento de agradecer y celebrar a tus amigos, a tu familia, a ti, agradecer que tienes lo que necesitas y mas para con eso, poder ayudar, poder compartir y continuar con tu camino, pleno y satisfecho.
Cada ciclo es una oportunidad de cambiar nuestra vida, de agradecer aquello que tenemos, de sacar lo que ya no nos ayuda, de reflexionar acerca de lo que hemos hecho, de lo que podemos hacer, de lo que estamos haciendo, es un momento de sentirnos vivos, una pequeña pausa en el trabajo cotidiano para sonreír, disfrutar y ser feliz.
Si somos muy rigurosos, cada día se nos presenta un momento para reflexionar, para ser feliz y para hacer limpieza mental, así como para trabajar en uno mismo, no es necesario un día especial para todo eso, pero, al comenzar un ciclo, sobre todo uno que es sólo nuestro, es un buen pretexto para hacer todo eso, rodeado de seres que amamos y nos aman
Felices ciclos, felices vidas.
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