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Armonìa

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La Coreografía Perfecta.

10 marzo, 2017

La Coreografía Perfecta.

La mente sólo puede tratar de adivinar el futuro.

Siéntete dispuesto a no saber, a tropezar de vez en cuando, a hacer una reverencia ante lo desconocido. Deja de pensar cómo le vas a hacer con tu vida, deja de tratar de resolverla antes de vivirla.

La vida es para vivirse, no para analizarla hasta la muerte. Siente todas las energías que quieren ser sentidas, energías que habían estado esperando por mucho tiempo tu amorosa atención y tu tierno abrazo.

Permite que toda la vida se mueve a través tuyo, tanto la alegría como la tristeza, tanto el aburrimiento como la felicidad. Deja que las preguntas floten por un rato, no intentes aniquilarlas con respuestas precipitadas.

Las preguntas son tus más íntimos amigos, las respuestas son extranjeros en este momento. En la calidez del amor del sol, las flores brotan en el momento perfecto, y no un momento antes.

Deja que la calidez de tu presencia consciente ilumine esas partes de ti mismo que aún se encuentran luchando por vivir. Contempla la perfecta coreografía. Ahora. –

Jeff Foster

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LA FELICIDAD

2 enero, 2017

Dice el gran terapeuta Gestalt Jorge Bucay que “la adolescencia finaliza cuando uno aprende a hacerse cargo de sí mismo y asume, entonces, la responsabilidad de su presente y de su futuro”.

Casi nada, ¿verdad?  Yo diría que a veces he ido por la vida como una eterna adolescente. Y es que asumir nuestra responsabilidad no es una tarea fácil a la que nos hayan acostumbrado. Asumir la responsabilidad, es tomar las riendas de nuestra vida y subirnos a lomos de nuestra libertad para decidir.

Para elegir, quién quiero ser, cómo quiero vivir y con quién.

Responsabilidad y consciencia, son para mi dos palabras asociadas definitivamente con la felicidad.

Mirad, cuando era pequeña, yo era de las que decía cuando me preguntaban: ¡oye Belén!, ¿qué quieres ser de mayor? y yo respondía orgullosa, Yo de mayor, quiero ser feliz. ( Se ve que ya apuntaba maneras).

Y nunca pensé en la felicidad como algo material que pudiese tener y sostener entre mis manos, no, la felicidad para mi, siempre ha sido un estado, un proceso, una dirección en la vida, un camino, una opción, una decisión, una brújula, un para qué, un hacia dónde, un horizonte.

En definitiva, la felicidad para mi es un proceso y un resultado.

Y desde siempre, ha estado unida a grandes dosis de consciencia, de darme cuenta de quién soy o de quién no soy, de qué es lo que me hace sentir bien, con qué tipo de personas me encuentro a gusto, cómoda, con cuáles puedo ser más auténtica, hablar en confianza, aun sabiendo, que no todo lo que diga va a gustar, pero sí, teniendo la certeza de que la amistad y el amor no dependerán de eso.

Es sentirte en ARMONIA

La felicidad es una aptitud, es una disposición, una búsqueda. Un ser y estar en esta vida, que pasa por la necesaria condición de CONOCERNOS, de hacernos cargo de nosotras mismas. Y para esto, tenemos que realizar el viaje, un viaje que una vez que se inicia ya nunca termina, un viaje apasionante hacia nuestro interior, hacia esa parte interna y profunda donde no hay engaños. Ese lugar en el que te encuentras cara a cara contigo misma. Ese lugar mágico y a veces tan difícil de acceder.

Es un viaje apasionante hacia nuestro propio desarrollo personal como seres humanos completos.

Pero ATENCIÓN, “no se puede recorrer el camino de la felicidad hasta que no sean mis pies los que marquen mi huella, hasta que no sea mi corazón el que decida el rumbo, hasta que no sea yo quien corra los riesgos de mis decisiones, hasta que no sepa quién soy y quién no soy yo”. Jorge Bucay

Es un viaje intransferible que solo tiene billete de ida.

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Recuerda Utilizar el Silencio

30 diciembre, 2016

A veces, para mantener la paz dentro de nosotros, es necesario utilizar un poderoso aliado llamado silencio.

Recuerda utilizar el silencio :

Cuando escuches palabras desafortunadas.

Cuando alguien esté enfadado.

Cuando la maledicencia te demande.

Cuando la ofensa te azote.

Cuando alguien se encoleriza.

Cuando la crítica te hiere.

Cuando escuchas una calumnia.

Cuando la ignorancia te acusa.

Cuando el orgullo te humilla.

Cuando la vanidad te provoca.

El silencio es la amabilidad del perdón que se calla y espera el tiempo prudente, por eso es una de las más poderosas herramientas para construir y mantener la paz.

D/A

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SOY LA PROPIA VIDA

17 diciembre, 2016

SOY LA PROPIA VIDA

Cuando vivo el momento sin juzgarlo, todo parece transformarse…
Luz, color y movimiento entran intensamente en esa escena de mi vida.

En ese instante se agudizan todos mis sentidos,mi respiración y mi latir cobran nueva vida.
Siento una suave brisa, una caricia de aire fresco,que a su paso disuelve un viejo muro defensivo:
El erigido entre el ‘yo’ y los ‘otros’.

Soy honrado con una visita que no esperaba,
la de una vieja conocida, la Alegría, ya casi olvidada.
Su presencia funde mi mente con mi cuerpo,
devolviéndome a la vida. Vibrante y genuina.

Éste es un momento que diluye al propio tiempo.
No hay inicio ni hay fin. No hay objetos ni preguntas.
Tampoco existe un ‘yo’ ni existe un ‘tú’. Sin barreras.
Lo único que hay es una unidad que a su vez es Todo.

He abierto la puerta, algo me guía…
No opongo resistencia: no hay nada que entender ahora.
Sólo siento, experimento, fluyo.
He entrado en el campo sagrado de lo inefable.

Ahora disfruto de este espacio completamente protegido,
donde la inseguridad, la culpa o el lamento duermen profundamente.
Ya no es posible la soledad porque ahora, simplemente, ¡Soy!
Soy parte del Todo. ¡Soy la propia Vida!

– Sergio –

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ELIJO LA PAZ MENTAL

20 noviembre, 2016

Elijo La Paz Mental

¿Puede elegirse la felicidad en un mundo que con frecuencia parece tan loco e injusto?

La respuesta es.. ¡Por supuesto!.

La felicidad es un estado natural de nuestra mente, pero el ego crea la ilusión de que lo opuesto es la verdad.

El ego hace esto alentándonos a buscar la felicidad fuera de nosotros, por más que la busquemos no encontraríamos la felicidad duradera en ese mundo “de fuera”.

Muchas veces se piensa que la felicidad se tendrá cuando se consiga un coche nuevo, una relación, unas vacaciones.

¿Y qué ocurre cuando no lo conseguimos?, creemos que la felicidad no está a nuestro alcance y nos frustramos.

La felicidad es una decisión, una elección interior que no tiene para nada que ver con los acontecimientos que tienen lugar en el exterior.

Creo que la forma más alta de felicidad y alegría la recibimos mediante el acto de dar amor y de ayudar a otras personas en este maravilloso camino que es la vida, re-cordando que dar en definitiva es recibir. La felicidad que se basa en conseguir, no en dar, no es permanente, es efímera.
Conozco a personas que han elegido la felicidad aún siendo resilientes, han perdido el trabajo, su casa, e incluso a alguien amado. Eligen la paz en cualquier circunstancia, ante cualquier experiencia dramática. Pero esto no significa que no experimenten el dolor, lo que les diferencian es que eligen la paz mental como único objetivo, sabiendo que la paz mental no tiene nada que vez con el mundo externo. Saben que la felicidad es el amor eterno y sin fronteras en sus corazones y que esto es algo que no pueden perder jamás.

D/A

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LAS HOJAS NO SE CAEN, SE SUELTAN…

14 noviembre, 2016

DEJAR LO QUE NOS LIMITA…

Las hojas no caen, se sueltan….

Siempre me ha parecido espectacular la caída de una hoja. Ahora, sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja “se cae” sino que llegado el escenario del otoño inicia la danza maravillosa del soltarse.

Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición al desprendimiento.

Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad y profundo de sabiduría: la hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del aire sabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento y en actitud de renovación.

La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío dejado por ella es la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja.

La coreografía de las hojas soltándose y abandonándose a la sinfonía del viento traza un indecible canto de libertad y supone una interpelación constante y contundente para todos y cada uno de los árboles humanos que somos nosotros.

Cada hoja al aire que me está susurrando al oído del alma ¡suéltate!, ¡entrégate!, ¡abandónate! y ¡confía!.

Cada hoja que se desata queda unida invisible y sutilmente a la brisa de su propia entrega y libertad.

Con este gesto la hoja realiza su más impresionante movimiento de creatividad ya que con él está gestando el irrumpir de una próxima primavera.

Reconozco y confieso públicamente, ante este público de hojas moviéndose al compás del aire de la mañana, que soy un árbol al que le cuesta soltar muchas de sus hojas. Tengo miedo ante la incertidumbre del nuevo brote. Me siento tan cómodo y seguro con estas hojas predecibles, con estos hábitos perennes, con estas conductas fijadas, con estos pensamientos arraigados, con este entorno ya conocido…

Quiero, en este tiempo, sumarme a esa sabiduría, generosidad y belleza de las hojas que “se dejan caer”.
Quiero lanzarme a este abismo otoñal que me sumerge en un auténtico espacio de fe, confianza, esplendidez y donación.
Sé que cuando soy yo quien se suelta, desde su propia consciencia y libertad, el desprenderse de la rama es mucho menos doloroso y más hermoso. Sólo las hojas que se resisten, que niegan lo obvio, tendrán que ser arrancadas por un viento mucho más agresivo e impetuoso y caerán al suelo por el peso de su propio dolor. Dejar lo que nos impide crecer es un acto de valentía. Las hojas no caen, se sueltan…»

José María Toro

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¿ COMO SON TUS RELACIONES ?

9 noviembre, 2016

Piensa en tus relaciones más importantes y pregúntate:

¿ Estás dando amor de forma incondicional?

¿Podemos realmente dar fe de que amamos incondicionalmente?

Karen Berg dice: “Debemos aprender que cuando amamos a alguien —nuestra pareja, un amigo o un familiar— y esa persona muestra cambios de humor poco agradables o nos alteran, aún debemos darle amor sin intenciones ocultas, tal y como nos gustaría que esa persona nos amara con todas nuestras flaquezas y defectos”.

Como seres humanos, podemos fallar, así como aquellos a quienes amamos pueden hacerlo también. Nuestra meta al compartir con otras personas es siempre dar amor sin imponer estándares que deban alcanzarse, y esperar que los demás den el mismo amor ilimitado a cambio.

Sin embargo, esto no quiere decir que debamos tolerar el abuso o un comportamiento inapropiado. Los límites saludables son necesarios en todas las relaciones. Pero como Karen Berg señala:
“Debemos permitirles a quienes están cerca de nosotros sentir que forman parte de nosotros, aun cuando no están en su mejor momento por así decirlo, o cuando actúan como niños en lugar de como adultos”.
Cuando deseamos recibir algo de otra persona para nuestra ganancia personal, complicamos la relación. Nos volvemos antipáticos y puede que inconscientemente evitemos dar amor cuando no obtenemos lo que queremos. Este comportamiento a menudo surge del sentimiento de carencia en nuestra vida, una idea equivocada de que quienes amamos pueden darnos plenitud de algún modo.
Nuestro trabajo espiritual en esta vida es expandir nuestra capacidad de amar a los demás. ¿Cómo sabemos si hemos alcanzado ese nivel de amor?
Cuando nos importan tanto las otras personas que deseamos compartir con ellas sin esperar nada a cambio. La plenitud que encontramos en la vida se relaciona directamente con la profundidad en la que hacemos que crezca nuestro amor incondicional por los demás.
Ciertamente, el amor es una necesidad básica del ser humano, pero no lo recibiremos de forma que realmente nos dé plenitud hasta que aprendamos a darlo de forma incondicional.
Karen Berg

 

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Calma, Paz y Amor

6 noviembre, 2016

Hoy tendré presente, todo el tiempo que pueda, permanecer en calma por un instante, porque deseo de verdad experimentar los beneficios de una mente en paz…

Desde que despertamos por la mañana hasta que nos vamos a dormir, nuestras mentes están llenas de pensamientos que influyen en todas las decisiones que tomamos durante el día.

Para la mayoría de nosotros, estos pensamientos van en direcciones diferentes y muchos están en conflicto y producen desacuerdos.

Al inspeccionarlos de cerca descubrimos que muchos se basan en experiencias negativas del pasado, que, sin embargo, dejamos que tengan influencia en nuestras decisiones del presente.

Los asuntos cotidianos de nuestras vidas a menudo dispersan todavía más nuestras ideas. Descubrimos que nuestra mente divaga y nos gustaría poder controlarla mejor. Para algunos de nosotros parece una tarea imposible.

Parece que existieran demasiados estímulos a los que hay que enfrentarse, demasiadas cosas que queremos hacer, y nos quedamos sin aliento corriendo alrededor, tratando de cumplir con lo que tenemos que hacer.

Para preparar a nuestras mentes para la tranquilidad y la paz más que ocuparlas y confundirlas es necesario el deseo y la autodisciplina. Una mente disciplinada es una mente libre, que ya no está atada. Una mente disciplinada está libre de conflictos, se nutre de creatividad en la tranquilidad del amor.
Se repiten tan a menudo:

“Una mente ocupada es una mente enferma. Una mente lenta es una mente sana. Y una mente quieta es una mente divina”..

Cuando realmente deseamos tener la mente en paz, se vuelve absolutamente tranquila y pacífica. Cuando quedamos en calma por un instante, el mundo febril que nos rodea parece desaparecer. Y entonces nos encontramos en un estado de perfecta tranquilidad (en silencio y en paz) donde no hay palabras, ni dudas, ni miedos.
Cuando nos quedamos en calma por un instante gozamos de un estado mental que es perfecto y diferente de todas las ocupaciones del mundo a las que estamos expuestos.
Pareceríamos estar “en casa” porque en ese instante de quietud hemos retornado al lugar de la paz y el amor que está siempre en el centro de nuestros corazones y en nuestro verdadero hogar. Al volver a preparar a nuestras mentes, es importantísimo recordar, tan a menudo como podamos, el valor de estar en calma por un instante para sentir la paz que proporciona el Silencio…

D/A

Armonìa

LA SIMPLICIDAD DE LA VIDA

3 noviembre, 2016

LA SIMPLICIDAD DE LA VIDA

La Vida no se mide según con quién sales, ni por el número de personas con quienes has salido.

No se mide por la fama de tu familia, por el dinero que tienes, por la marca de coche que manejas, ni por el lugar donde estudias o trabajas.

No se mide ni por lo guapo ni por lo feo que eres, por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos, ni por el tipo que música que te gusta.

La vida, simplemente, es.. Otra cosa

La vida:

Se mide según a quién amas y según a quién dañas.
Se mide según la felicidad o la tristeza que proporcionas a otros.
Se mide por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas.
Se mide por el sabor de boca que dejas a los demás con tu presencia y con tus comentarios.

Se trata de lo que se dice y lo que se hace y lo que se quiere decir o hacer, sea dañino o benéfico.
Se trata de los juicios que formulas, y a quién o contra quién los comentas.
Se trata de a quién no le haces caso o ignoras intencionalmente.
Se trata de los celos, del miedo, de la ignorancia y de la venganza.
Se trata del amor, el respeto o el odio que llevas dentro de tí, de cómo lo cultivas y de cómo lo riegas.

Pero por la mayor parte, se trata de sí usas la vida para alimentar el corazón de otros.
Tú y solo tú escoges la manera en que vas a afectar a otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida…
La vida será contigo tan justa como lo eres con los demás.
Hacer un amigo es Fácil.
Pero la vida habla de ti, por aquellos amigos que fielmente supiste conservar.
Por aquellos a los que te supiste entregar sin exigencias.
Aquellos que cuando no estás…lloran tu ausencia.

Armonìa

Las «personas hogar»

16 octubre, 2016

Las «personas hogar»

Entre todos los rincones del mundo, siempre hay unos favoritos. No importa cuánto te muevas, cuánto viajes o dónde estés, nunca es mal momento para regresar.

Sabes bien cuáles son: ‘tus personas hogar’.

Las personas hogar huelen a amor y aceptación incondicional.

Huelen a cariño, a abrazos largos donde se te cierran los ojos y se esboza una sonrisa. Estas personas huelen a amistad, amor y familia elegida. Huelen a ‘estoy a tu lado así tengamos que apretar los dientes’ y confían en ti incluso cuando tú mismo has dejado de hacerlo.

Son aquellas personas que no te evitan el vértigo ni la caída, sino que te ofrecen las palabras exactas que solo puede regalarte alguien que se cosió las heridas a aprendizajes.

Ellas reparan con tanta delicadeza que eso de que ‘el tiempo todo lo cura’ carece de sentido cuando has probado a dejarte soplar sobre las heridas por estas personas.

Las personas hogar están siempre dos pasitos detrás de ti por si te caes, para sacudirte el polvo de las rodillas con amor y comprensión.

Las puedes encontrar en lugares donde lo especial y lo sencillo se encuentran y dan la mano: son ese tipo de personas que enriquecen tu vida en pequeñas dosis y hacen deliciosa cualquier situación en la que ellas estén presente.

“Las personas hogar dejan a su paso la esencia de momentos irremplazables”.

Las personas hogar nos dan ese impulso que necesitamos para hacer las cosas que nos dan miedo. Son el paracaídas perfecto que nos regala confianza en nosotros mismos y se convierten en la dosis exacta de valentía necesaria para saltar con la confianza de saberse protegido en la caída.

Estas personas desprenden ese olor tan particular que habita en las pequeñas cosas:

huelen a libro nuevo, a taza de té caliente, a café recién hecho y a tierra mojada.

Huelen a viernes, a una puesta de sol en verano y a tarde de manta y peli. Dejan a su paso la esencia de momentos irremplazables: huelen a tu canción favorita cantada en el coche a pleno pulmón, a sábanas limpias y a manta en invierno.

También huelen a respeto y a un gesto oportuno a tiempo; son expertas en escuchar los silencios y adivinar qué ocurre en tu interior con tan solo mirarte.

Te conocen al detalle y, a pesar de todo y sobre todo, siguen a tu lado. Son la sinceridad y la transparencia en persona. Por eso, una persona hogar es el mejor espejo donde mirarse cada día: siempre refleja la versión más real y auténtica de ti. La más bonita. Son la luz al final del túnel, el apoyo durante el camino y el hombro en el que depositar tus lágrimas.

“La distancia no se mide en los kilómetros que te sobran,
sino en los abrazos que te faltan”.

Huelen a brújula, a Norte… No necesitas migas de pan para encontrar el camino de vuelta a ellas y tienen las coordenadas de tus momentos importantes. Huelen a paciencia, bondad y generosidad. No piden nada pero te lo dan todo. Porque las personas hogar son la estancia más segura donde habita la suma de las pequeñas cosas más grandes de tu vida.

Ya lo dijo Forrest Gump: ‘La vida es como una caja de bombones: nunca sabes cuál te va a tocar’. Y las personas hogar son esos pocos bombones de la caja de tu vida que saben a certeza.

“Lo esencial es indefinible.
¿Cómo definir el color amarillo, el amor, la patria, el sabor a café?
¿Cómo definir a una persona que queremos?
No se puede.”
J.L. Borges.

No hacen falta muchas palabras para describir a una persona hogar, sin embargo, a veces es necesario recordar de dónde venimos… y quiénes nos acompañan. Por eso nunca es tarde para decirle a una ‘persona hogar’ lo que significa para ti y agradecer el aroma que deja en tu vida la estela de su presencia. Porque, estés donde estés, siempre puedes regresar a tu hogar; porque la distancia no se mide en los kilómetros que te sobran, sino en los abrazos que te faltan; porque, pase lo que pase, siempre habrá un hilo invisible que nos una a esas personas tan especiales; porque, en esencia, una persona hogar tiene la copia de la llave de tu ‘casa’… y de tu corazón.

Cierra los ojos…
¿Las hueles?
Nekane Gonzalez.

error: Tu esencia Divina 2015