Cuando hablas sobre un problema de dinero, de una relación, una enfermedad o incluso de que las ganancias de tu negocio han disminuido, no estás hablando de cosas que amas.
Cuando hablas de una mala noticia o de una persona o situación que te molestó o te frustró, no estás hablando de lo que amas.
Hablar del mal día que has tenido, de haber llegado tarde a una cita, haber estado estancado en el tráfico o haber perdido el autobús, es hablar de cosas que no amas.
Hay muchas pequeñas cosas que ocurren cada día; si te ocupas de hablar de cosas que no amas, cada una de esas pequeñas cosas traerá más lucha y dificultades a tu vida.
Tienes que hablar de las buenas noticias del día. Habla de la cita que salió bien. Habla de cómo te gusta llegar a tiempo. Habla de lo bueno que es tener buena salud. Habla de las ganancias que quieres lograr en tu negocio. Habla de las situaciones que tuviste en el día y que salieron bien. Tienes que hablar de lo que amas para que lo que amas venga a ti.
Si repites cosas negativas y te quejas de cosas que no amas, estás encerrandote en una jaula. Cada vez que hablas de lo que no amas, estás añadiendo una reja más a la jaula y aislándote de todo lo bueno.
Si no tienes nada bueno que decir, no hables. Habla siempre de lo bueno y cosas buenas llegarán.
Gracias Laura Domínguez!