Reflexiones de Vida

Disfruta la vida, es muy breve

10 junio, 2016

“Disfruta la vida, es muy breve” nos decían nuestros abuelos cuando éramos niños, advirtiéndonos de que el tiempo pasa muy veloz cuando envejeces. Una extraña paradoja que no comprendes hasta que los experimentas por ti mismo.

El tiempo relativo

Existen varias teorías sobre el por qué del paso del tiempo y su velocidad relativa. Una de las más conocidas es la del filósofo Paul Janet, quien postula que percibimos el tiempo de manera relativa en relación con el tiempo total que hemos vivido.

Es decir, como niños una hora parece un eternidad, porque esa fracción de tiempo es una porción muy grande de nuestra corta vida. Sin embargo como adultos esa misma hora es un grano de arena en un mar de tiempo.

Otra teoría interesante es la que nos habla de la rutina contra la experiencia. Según Willians James el cerebro valora y archiva las experiencias novedosas otorgándoles importancia y la infancia está llena de ellas: nuestro primer día de colegio, el primer beso, el primer examen…

Sin embargo la vida de los adultos cuenta con menos experiencias memorables y por ello entramos en un bucle donde la rutina se adueña de la percepción del tiempo haciendo que los días parezcan iguales. Las semanas se suavizan y los años se vuelven huecos, solo siendo capaces de recordar un puñado de situaciones novedosas.

David Eagleman señala además que es culpa del piloto automático de nuestro cerebro, ese que toma el control en la rutina haciendo que el tiempo pase sin darnos cuenta.

En cambio cuando salimos de la zona de confort, nuestro cerebro debe actuar de forma plena y consciente ante la novedad haciendo que el tiempo pase más despacio.

Paradigma Terrestre

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