EL PLAN DIVINO DE DIOS PARA TODOS
El Plan Divino para el hombre es que se convierta en un Maestro de la Energía y la Sustancia en cualquier lugar en el Universo.
A fin de hacer esto, el hombre tiene que caer en la cuenta de que toda la energía utilizada en pensamiento, sentimiento, palabra hablada y acción, tiene que ser mantenida en el estado de pureza en que fue emitida desde el Corazón de Dios.
El hombre es un Dios en embrión, y el plan original era que el hombre lograra su Perfección y llegara a ser Maestro en un ciclo de catorce mil (14,000) años.
Desde la «Caída del Hombre», este período se ha hecho mucho más largo, y aunque muchos han alcanzado la Perfección en la Ascensión, quedan todavía muchos miles que no lo han logrado; y en tanto que éstos no manifiesten su disposición a poner de lado sus propias impurezas y entrar al Sendero, la evolución de la Tierra seguirá seriamente retrasada.
Nada en el Cosmos está estático. Los Planetas, y hasta los mismos Soles, tienen que evolucionar en el Plan hacia la poderosa Meta de Perfección. Hoy en día la Tierra se está moviendo rápidamente hacia un período de Iniciación Cósmica de este tipo, y aquellos que no quieran purificarse lo suficiente en este gran movimiento, se encontrarán en la misma posición que las almas «rezagadas» estaban hace muchos siglos atrás.
Claro está que resulta muy factible el supuesto de que son dichos «rezagados» esas almas que en la actualidad rehúsan purificarse; pero la parte desafortunada de la cuestión es que ellos están influenciando a muchos otros que podrían alcanzar grandes alturas si se les permitiera afirmar sus propios conceptos del libre albedrío dado por Dios.
Cuando el hombre llega al punto en su evolución en que las cosas materiales de la Tierra tienden a perder su encanto, y comienza a estirarse en dirección a la Iluminación Espiritual, en ese momento entra al Sendero de su Ascensión
