Estar Libre de Culpa…
¿Estas evitando hacer o no hacer algo por miedo a herir o decepcionar a los demás? ¿Estás dejando de recorrer tu verdadero camino, el camino que te trae alegría, debido a lo que los demás puedan pensar de ti?
Podrías molestarlos. Hacer que se enojen. Causarles dolor. Los estarías abandonando. Pensarán que eres egoísta, que estás loco, que eres irresponsable. Hay una línea muy fina entre tomar en cuenta los sentimientos de los demás, y ser controlado por ellos.
Los demás tienen derecho a sentirse decepcionados, heridos, tristes, abandonados. Los demás tienen derecho a emitir pensamientos de crítica hacia ti.
Tú simplemente no puedes controlar cómo te experimenta la demás gente. A menudo, no hacemos lo que realmente queremos hacer, para no sentirnos culpables. Por lo tanto, la culpa nos está controlando, aunque pretendamos ser libres. Lo que evitamos en nuestra psique, termina controlándonos.
Cuando estás dispuesto a realmente sentir la culpa, a estar presente con ella, a entenderla, a darle su lugar, ésta deja de controlarte. Podrás sentirla, y podrá resultar incómodo, pero no te controla.
Cuando comienzas a recorrer tu verdadero camino, cuando los otros se enojan y te culpan por su dolor, inevitablemente se detonan viejos sentimientos de culpa, al mismo tiempo que pensamientos acerca de ser “egoísta” y “malo”, e incluso los de ser un “traidor” a la “familia”.
Abre un espacio para todos esos pensamientos y sentimientos. Abrázalos todos como los movimientos de vida que son. Sabe que no tienen poder sobre ti. Sabe que eres lo suficientemente inmenso para acogerlos. Sabe que eres la Consciencia Misma.
No te estás convirtiendo en sociópata, en indiferente, no estás pasando por alto los sentimientos de los demás. Sigues teniendo compasión o entendimiento para con el dolor de las personas que amas. Respetas en lo más profundo su derecho de experimentar exactamente lo que experimentan, de soñar exactamente lo que sueñan. No estás recorriendo tu camino PARA herirlos. Tú lo sabes. Simplemente no estás permitiendo que sus sentimientos te sigan controlando. Has encontrado un arrojo primordial dentro de ti mismo. No eres egoísta; estás recorriendo el camino gozoso de tu Corazón. No estás necesariamente libre de culpa; ¡simplemente te reconoces como la misma LIBERTAD en la que la culpa tiene permiso para surgir y disolverse en su propio tiempo! Eres capaz de responder a la culpa como un adulto, en lugar de automáticamente obedecerla como un niño indefenso. La culpa no tiene ningún poder sobre ti cuando miras con compasión sus ojos asustados.
De Jeff Foster