ESTAS ROMPIENDO ESQUEMAS TRANSGENERACIONALES
Estás rompiendo esquemas generacionales.
Eres tu, quien quebrará las cadenas que ensombrecen a tu linaje. Eres tu quien Dios escogió para romper los ciclos en tu familia.
Cada desafío que enfrentas, cada obstáculo que parece insuperable, forma parte de la misión más importante de todas: poder liberar a tu familia de patrones que llevan generaciones repitiéndose. Las luchas que enfrentas no son coincidencia, son el peso de las cadenas que llevas años desatando, la carga que otros antes que tú, no pudieron o no supieron cargar.
Eres el eslabón fuerte de una cadena. Lo que antes parecía imposible, se está empezando a desmoronarse porque tú te atreviste a enfrentarlo. Sabes que no estás destinado a repetir el pasado.
Dios te ha elegido, te ha fortalecido para esta tarea, porque solo alguien con tu corazón, con tu espíritu, tiene el coraje y la determinación para romper lo que parecía inmutable.
No es fácil porque no estás solo sanando tus propias heridas; sino que estás sanando generaciones de dolor, de patrones disfuncionales, de silencios y resentimientos acumulados.
Eres el canal a través del cual la gracia y la redención están fluyendo. Lo que otros no pudieron hacer, tú lo harás, porque tienes una fuerza dentro de ti que viene directamente de su espíritu.
Eres el principio del cambio, la chispa que incendiará un legado nuevo, lleno de esperanza y de libertad. La miseria termina contigo.
Dios no te ha puesto en este lugar por accidente. Te ha dado la visión, la fortaleza y la capacidad para transformar no solo tu vida, sino la de aquellos que vendrán después de ti.
Eres la respuesta a las oraciones de tus antepasados, las esperanzas de quienes vinieron antes y no lograron salir del ciclo. La razón por la que todo es tan desafiante es porque lo que estás rompiendo no es pequeño.
Estás desatando nudos que han atrapado a tu linaje por generaciones.
Así que cuando sientas que las dificultades son abrumadoras, recuerda esto: eres elegido y los que siguen ya no estarán atados por las mismas maldiciones.
Y aunque el peso sea grande querido, el propósito lo es aún más.
Dios está contigo querido ELEGIDO.
Créditos a quien corresponda