HAY UN TIPO RARO DE MUJER
«Hay un tipo raro de mujer que no espera a que el mundo la rescate. Ella siente cada dolor, cada pérdida y cada decepción, sin embargo, no permite que la definan.
Ella se limpia sus propias lágrimas cuando no hay nadie más alrededor. Ella se levanta, endereza sus hombros, y se enfrenta al mundo otra vez con una suave sonrisa. A estas mujeres les digo: ustedes son las verdaderas Reinas.
Ustedes son los guerreras silenciosas, los que han aprendido a mantenerse unidas cuando todo trata de separarlos. No dejes que tu dolor se derrame sobre los demás, aunque tu corazón a veces se sienta demasiado pesado para llevarlo solo. Encuentras una manera de sanar, no porque seas irrompible, sino porque te niegas a permanecer roto.
Cada lágrima que has limpiado es un testimonio de tu coraje. Cada uno cuenta la historia de una batalla librada en silencio, de heridas que nunca se ven pero que siempre se sienten. No eres débil para llorar. De hecho, tus lágrimas son la prueba de que tu corazón todavía se preocupa profundamente, incluso después de todo lo que ha sufrido.
Cuando sonríes cada día, no estás fingiendo. Le estás mostrando al mundo que la bondad y la esperanza pueden sobrevivir incluso a las tormentas más oscuras. Tu sonrisa no es solo para los demás, es una promesa para ti mismo de que seguirás avanzando, sin importar lo difícil que sea el viaje.
Ustedes son las mujeres que convierten el dolor en sabiduría. No te escondes de tus luchas, aprendes de ellas. Permites que tus cicatrices te recuerden tu fuerza, no tu sufrimiento. Para ti, cada desafío es una oportunidad para ser aún más resistente, aún más compasivo.
No estás esperando a un salvador, porque has aprendido a salvarte a ti mismo. Te has convertido en tu propio héroe, en tu propio lugar seguro.
Cuando la vida te tumba, no te rindas. Te levantas, una y otra vez, enseñando a todos a tu alrededor cómo es la verdadera perseverancia.
Amas profundamente, incluso cuando te han herido. Crees en las segundas oportunidades, no solo para los demás sino para ti mismo. Entiendes que la curación no es un camino recto, sino un viaje de paciencia, perdón y auto-aceptación. Te das gracia a ti mismo, incluso cuando es difícil.
El mundo puede pasar por alto tu silenciosa fuerza, pero yo te veo. Veo el esfuerzo que se necesita para seguir adelante cuando tienes ganas de rendirte. Veo la valentía que se necesita para enfrentar tus miedos, para enfrentar cada día con esperanza cuando la noche anterior estaba llena de lágrimas. Eres extraordinaria en formas que la mayoría de la gente nunca entenderá.
No te definen tus fracasos o tu dolor. Te define por la forma en que te levantas después de caer, por la forma en la que eliges el amor antes que la amargura, por la manera en la que mantienes tu corazón abierto a pesar Eres una Reina, no porque lleves corona, sino por la forma en que te llevas con dignidad y gracia a través de cada tormenta.
Inspiras a otros solo por ser tú mismo. Le muestras al mundo que es posible ser suave y fuerte, vulnerable y resistente. Eres la prueba de que la verdadera belleza viene de dentro, del coraje de seguir amando, esperando y soñando, incluso cuando la vida se pone dura.
Tu viaje no es fácil, y no siempre es bonito. Hay días en los que te sientes invisible, días en los que el peso de tus preocupaciones parece demasiado para soportar. Pero aún así, te levantas. Aún así, luchas por tu felicidad, por tu paz. Aún así, eliges brillar.
Has aprendido a consolarte en la oscuridad, a ser tu propia luz cuando el mundo se siente frío. Has encontrado fuerza en la soledad, sabiduría en el silencio. Has descubierto que el amor más poderoso es el amor que te das a ti mismo.
Eres la mujer que arregla su propia corona, que no necesita la validación de otros para saber su valor. Has aprendido que la verdadera realeza no se trata de poder, sino de resistencia, bondad e integridad. Gobiernas tu propia vida con una mano suave pero inquebrantable.
Te has enfrentado al rechazo, el corazón roto y la pérdida, pero no dejes que endurezcan tu corazón. Tú eliges ser mejor, no amargada. Eliges elevarte por encima, para dejar que tus luchas te moldeen en una reina que lidera con empatía y comprensión.
No tienes miedo de mostrar tu vulnerabilidad. Sabes que la verdadera fuerza no consiste en ocultar tu dolor, sino en ser dueño de él y crecer a partir de él. Muestras a otros que es ok llorar, que es ok ser humano. Creas espacio para la curación, para ti y para todos a tu alrededor.
Ustedes son los que dan sin esperar nada a cambio, los que aman sin límites, los que perdonan incluso cuando es difícil. Eres la columna vertebral de toda familia, la fuerza silenciosa detrás de cada éxito. Eres la base sobre la que se construyen los sueños.
Tu vida es una lección de resistencia. Enseñas a otros que no importa cuántas veces te caigas, siempre puedes levantarte de nuevo. Muestras que la vulnerabilidad no es una debilidad, sino una superpotencia que nos conecta a todos. Nos recuerdas que cada lágrima limpiada es un paso hacia un mañana más brillante.
Eres la mujer que elige seguir adelante, no porque sea fácil, sino porque sabes que vales la pena. Entiendes que la felicidad no es un destino, sino una elección que tomas todos los días, incluso en los días más difíciles. Estás decidido a encontrar alegría, incluso en las cosas pequeñas.
Ustedes son los héroes anónimos, las verdaderas reinas que llevan coronas invisibles. Haces el trabajo duro de curar, crecer y amarte a ti mismo—trabajo que tan a menudo pasa desapercibido. Pero te veo a ti. Te honro. Te saludo.
Así que a todas las mujeres que se limpian sus propias lágrimas y aún sonríen cada día: son poderosas sin medida. Eres hermosa, no a pesar de tus cicatrices, sino por ellas. Eres la prueba viviente de que las reinas más poderosas no son aquellas que nunca han sufrido, sino aquellas que han elegido elevarse por encima de su dolor y llevar su fuerza con orgullo.
Nunca olvides el poder que tienes. El mundo necesita tu luz, tu resistencia, tu amor. Sigue brillando, sigue subiendo, sigue siendo la Reina que eres. Te saludo, hoy y siempre. «
-Steve De’lano Garcia