¡Hoy me despido de lo que fui ayer!
De justificar indiferencias.
De amar al desprecio.
De reír con una sombra.
Hoy me despido de esa que perdonó por paz propia y terminó más lastimada.
Me despido de la qué un día amó a lo desconocido.
Hoy me voy lejos de las mentiras y empiezo a perseguir verdades.
Me despido de mi yo anterior; de esa niña adulta qué lloró muchas veces en silencio por no saber qué hacer.
Hoy me despido de esas lágrimas y de esa incertidumbre.
De esa espera sin saber en realidad qué esperaba hoy de lo que fui.
Hoy empiezo a avanzar con menos carga, abrazando a mi niña, limpiándole sus miedos, amándola, arropándola, para que sienta que está mujer adulta la ama. Y que al igual que ella tiene miedo pero ya aprendió a jugar con ellos (los miedos).
Hoy me despido de ver las cosas como yo quiero verlas y no como en realidad son y empiezo a aceptar que nada ni nadie es lo que parece
Ni siquiera ¡Yo misma!
( Me voy dónde me lleven mis alas).
María Moreno