La mejor manera de ser feliz con alguien es aprender a ser feliz solo
Muchas veces buscamos la felicidad de formas equivocadas, especialmente cuando delegamos la responsabilidad de nuestro bienestar en alguien más, le otorgamos la potestad de hacernos sentir bien, acompañados, plenos o bien tristes, incompletos o incapaces de estar en plenitud gracias a nuestros propios recursos.
El amor no es dependencia, el amor real se manifiesta cuando dos personas que se saben plenas se encajan una con la otra para compartir su felicidad, no para generarla, se sienten satisfechas con sus vidas y no dependen de la otra persona para su realización.
Cuando nos destinamos a conocernos, a aceptarnos, a amarnos, cuando nos damos cuenta que no existe mejor compañía que aquella que nos propinamos nosotros mismos, es cuando realmente estamos preparados para establecer una relación con alguien más.
estar vinculados sentimentalmente a alguien más, debemos revisar lo que sentimos, desde nuestro corazón y no desde nuestro ego. Depender a alguien para cualquier tipo de realización nos hace generar un apego que en cualquiera de sus formas generará sufrimiento, porque a los apegos siempre van ligados los miedos, el miedo a no poder valernos por nosotros mismos, el miedo a que las cosas cambien, el miedo a repetir errores, el miedo a no poder sostener una relación, el miedo a no saber caminar de otra manera que no sea del brazo de la persona amada, el miedo al qué dirán, el miedo a no encajar… en fin, la lista es infinita.
No es lo mismo necesitar a preferir, necesitar es disfrazar algo de amor y somos especialistas disfrazando nuestras necesidades de amor, cuando pasamos por una ruptura y realmente indagamos el motivo de nuestro pesar nos damos cuenta de que muchas veces ese amor del que lloramos la pérdida es el mejor disfraz para nombrar algún nexo de dependencia.
Estar con alguien por las razones equivocadas es uno de los atajos más cortos para el fracaso de cualquier relación. Nadie tiene que completarnos, estamos perfectamente completos, no tenemos que vivir los sueños de alguien más, tenemos muchos propios por los cuales trabajar, no tenemos que depender de nadie, puede resultar más cómodo en algunas circunstancias el apoyo de alguien nos pueda prestar, pero somos capaces de desarrollarnos hasta donde queramos y tenemos todos los recursos para ello.
Somos perfectos de manera individual y nada mejor que cada uno sea capaz de encontrar en sí el estado de felicidad para que entre dos tengan una felicidad multiplicada. Comienza por sanar la relación que llevas contigo para que puedas realmente a amar a otro desde el concepto más puro del amor.