
Las adicciones no son simplemente una falta de voluntad ni un mal hábito. Son un intento desesperado del alma por llenar un vacío, por escapar de un dolor no nombrado o por mantener una lealtad invisible con la historia familiar. Cada adicción tiene un significado profundo, una raíz que muchas veces no se ve a simple vista, pero que se siente en cada repetición, en cada recaída, en cada impulso incontrolable.