NO CAMBIES…
«Durante años fui un neurótico. Era un ser angustiado, deprimido y egoísta.
Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era.
Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo por mucho que lo intentara.
Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba.
Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara. Y también con él estaba de acuerdo, y no podía sentirme ofendido con él.
De manera que me sentía impotente y como atrapado.
Pero un día me dijo:
– «No cambies. Sigue siendo tal cual eres. En realidad no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte».
Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música: «No cambies. No cambies. No cambies… Te quiero…».
Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡oh maravilla!, cambié…
Ahora sé que en realidad no podía cambiar hasta encontrar a alguien que me quisiera, prescindiendo de que cambiara o dejara de cambiar.»
(ANTHONY DE MELLO)