¿Qué nos hace libres?
Conocernos, conocer nuestros aspectos sanos, funcionales, amorosos, empáticos, solidarios, compasivos, alegres, confiados, etc…. y también conocer nuestros aspectos insanos, disfuncionales, miedosos, resentidos, rencorosos, envidiosos, rabiosos, separatistas, inseguros, menospreciados, invalidados, etc..
Somos un precioso conjunto de luz y sombra, ambas energías nos sirven para evolucionar. Prestar atención y conocer nuestros aspectos más oscuros nos permitirá liberarnos de nuestros propios condicionamientos.
Integremos esos dos aspectos para sanarnos. Esos enemigos que vemos afuera, con los que diariamente lidiamos, no son más que maestros que nos muestran lo que tenemos que trabajar, siempre veremos lo que tenemos que sanar. Ese consejo que damos a otros es el consejo que nos hace falta a nosotras, eso que hacemos para el otro es los que necesitamos nosotras.
Eso que criticamos o nos resuena del otro, es lo que tenemos que trabajar en nosotras.
Permitámonos ese espacio para mirar hacia nuestro interior y preguntarnos ¿qué está pasando dentro de mí en este momento? escuchemos la respuesta y vayamos hacia allí.
Observemos, aceptemos nuestras sombras, trabajémoslas en la medida en que podamos y mientras tanto, en el recorrido, disfrutemos, riámonos, permitámonos ser cada día menos perfectas pero mucho, mucho más felices. Nadie encuentra su camino sin haberse perdido varias veces
«Después de que te aceptas tal cual eres, después del reencuentro contigo misma, después que supiste decir _»Hasta aquí te dejo llegar» y ya te has desecho de la vergüenza.
Cuando la crítica ya no te afecta y los oídos sordos ya no te espantan ni tampoco las palabras necias. Después de todo eso, aun hay un último puente que atravesar.
El que te trae de vuelta hacia todos aquellos de quienes alguna vez saliste huyendo. No por masoquismo, no por no haber aprendido, ni siquiera tampoco por haber sido capaz de olvidar.
Sino porque solo la verdadera chamana, la que ha enfrentado a todas sus sombras, es capaz de volver a meterse en la negrura del bosque, para hablarle con amor, a todos sus fantasmas”, Jean Shinoda Bolen.
Valeria Fiore