Y ENTONCES COMPRENDÍ…
¡No cualquiera es digno de nuestra luz!
¡No cualquiera es digno de nuestro tiempo… QUE ES VIDA!
¡No cualquiera es digno de nuestro amor!
Pero no desde un lugar de superioridad, sino más bien desde un lugar de AMOR PROPIO.
De saber lo que valemos y tener en claro que lo que brindamos a los demás, es de calidad y nace en lo profundo de nuestra esencia.
Porque somos conscientes realmente de lo que estamos dispuestos a brindar en un vínculo para que el crecimiento sea mutuo y todo el amor que somos capaces de compartir para que la conciencia predomine.
Porque amamos desde el ser y ya no nos importan los personajes que los demás quieran ser. Nosotros ya no cumplimos con un personaje, con un estereotipo. No mostramos lo que el otro quiere ver, simplemente nos mostramos a nosotros mismos y quién esté preparado para conectar de ser a ser será bienvenido y sino, podrá retirarse por dónde ingresó a nuestras vidas.
¡Nosotros somos…nos permitimos ser!
Yo me permito ser, y comprendo, que no cualquier persona está dispuesta a dejar la armadura que usa ante los demás para fusionarse en un vínculo de unificación desde el amor y la luz, y de una transparencia total.
Es por esto, que cada vez debemos ser más conscientes con quiénes elegimos compartir nuestra existencia y nuestro presente.
¡SINO SUMA, QUE AL MENOS NO RESTE!
-Autora:
Marianela Moreyra