CONTEMPLAR LAS ESTRELLAS
En las culturas y creencias más antiguas de la humanidad, observar el cielo, las nubes , la luna , el sol, las estrellas era un hábito.
Era el momento del día, en que el ser humano, en ese encuentro con el universo, se reconectaba con el todo.
Así, el ser en su interior lograba reconocer que era una representación de todo lo que existe y de este modo también se contemplaba dentro de sí.
De manera, que mientras más observaba el universo, más viajaba hacia dentro.
Sabía que esta práctica no solo se daba el privilegio de activar la sanación en términos generales; sino también, permitía la dicha de sentir el abrazo del cielo (el abrazo de Dios).
Podía sentirse como parte de la familia estelar : la luna, los planetas, las estrellas, las constelaciones-galaxias; y a su vez de lo micro: moléculas, células, átomos, neutrones, protones…
Un ser horizontal que viajaba en círculo hacia lo creativo , espontáneo, vivo… un ser feliz de ya tenerlo todo : ¡Disfrutarlo, era la tarea!
De allí, el ser de naturaleza sabia , se permite contemplar el cielo, sea de día o de noche y en cada uno de esos encuentros, sonríe porque sabe que es abrazado permanentemente y siente la calidez del todo; dándose la oportunidad de multiplicar el abrazo siendo una estrella abrazadora que alumbra desde este planeta para ser contemplada desde el cielo.
Y tú ¿has sentido el abrazo del cielo?
Jorge Vargas